Publicado: septiembre 12, 2025, 7:30 pm
Veinte barcos, 500 tripulantes y un objetivo: formar un corredor humanitario en alta mar y detener la crisis humanitaria entre Israel y Gaza. Esa es, en esencia, la misión que se marca la Global Sumud Flotilla o Flotilla de la Libertad, una iniciativa que comenzó en 2010 y que actualmente cuenta con figuras tan destacadas entre sus cubiertas como Greta Thunberg o Ada Colau.
Se trata, además, de la segunda salida de la Flotilla en lo que va de verano, apenas unas semanas después de que la expedición del barco Handala fuese interceptada por Israel a unas 40 millas de la costa de Gaza.
Aquella operación terminó con la detención de sus tripulantes y reforzó la determinación de los organizadores de volver a intentarlo, esta vez con una flota más amplia y con un mayor respaldo internacional. Sin embargo, la nueva travesía tampoco ha estado exenta de incidentes: la flotilla ha denunciado dos ataques con drones en días consecutivos mientras estaba atracada en Túnez.
Primero, el Family Boat (de bandera portuguesa), que lleva a miembros del comité directivo, sufrió daños por fuego en la cubierta y en el almacén inferior tras impactar un artefacto incendiario, aunque nadie resultó herido. Al día siguiente, el barco Alma (bandera británica) fue objetivo de otro presunto ataque de dron, provocando un incendio en su cubierta superior que fue sofocado rápidamente, y también sin bajas.
Una granadina que abrazó el Islam
En la embarcación que ha sufrido este segundo ataque, viajaba —entre otros activistas— Ana Alcalde, una española originaria de Granada que se convirtió al Islam hace veintitrés años: «Me convierto en Hanan cuando regresé al Islam en el año 2002 en la Mezquita Sidi Embarek con el Iman Sidi Hmido», confesaba en entrevista con el periódico El pueblo de Ceuta en 2022. Madre de seis hijos, es reconocida por su activismo en redes sociales, especialmente en TikTok, donde comparte contenido sobre derechos humanos, feminismo y justicia social.
Su conversión al Islam, asegura, «fue la culminación de un proceso largo en mi vida de búsqueda de la justicia. Siempre he sido muy creyente y así era como me imaginaba la imagen de Dios, como la máxima justicia».
En su discurso en los Premios Lince en 2023, en los que fue galardonada en la categoría ‘Antirracista Sin Peros’, Alcalde contaba brevemente su historia con la religión: «Os preguntáis por qué una mujer rubia, blanca y de ojos claros está aquí representando la diversidad, yo también me siento rara. En el año 2000 abracé el islam y decidí ponerme el velo. Entonces fue cuando mi vida de blanca privilegiada dio un giro de 180 grados. Paso de tener varias ofertas de trabajo a ser expulsada de Cruz Roja por motivos ideológicos; de que se me ofreciera asistir al gimnasio gratis o trabajar como monitora a que me sacaran el derecho de admisión. Empecé a ser cuestionada, ridiculizada en los diferentes trabajos», confesaba
Ante esta realidad, Ana Alcalde decidió finalmente quitarse el velo » entonces fui a diferentes entrevistas de trabajo donde quedé la primera en todos los sitios y resulta que empecé a tener donde elegir», reconocía. «Al ponerme en los pies de la mujer musulmana y velada he visto más necesario un feminismo interesccional», concluía.
Activista y madre de sies hijos, rumbo a Gaza
Ana Alcade estudió en la Universidad Complutense de Madrid y, según declaraba en El pueblo de Ceuta, es trabajadora social en el equipo de salud mental de la Unidad de Agudos del Hospital Clínico Universitario San Cecilio en Granada. Alcade tiene también «un Máster en Exclusión Social, en Integración y Ciudadanía y diferentes postgrados en inmigración, política de igualdad y en el ámbito sociocultural».
La razón por la que se mudó a Madrid fue «porque el ambiente era más de compromiso social en la calle, como pasaba también en Barcelona con el movimiento anarquista», asegura. Y fue precisamente en Madrid donde, en su «búsqueda por mejorar el mundo y participar en las políticas que lo mejoraran», entró en las Juventudes Comunistas.
«La primera manifestación a la que fui, era en defensa de Palestina, no conocía bien el tema de la religión y Palestina en ese momento, sólo del instituto por Filosofía y era con connotaciones negativas», contaba en la entrevista para el medio citado.
Su éxito en TikTok se lo debe, en parte, a sus hijos, con quienes comenzó haciendo videos en pandemia en su cuenta @familiabdelkader: «Nos mostramos como somos, lo bueno y lo malo; el primer video que se hizo viral fue el de Yamila tirándole de los pelos a su hermana, se veían dos figuras completamente antagónicas Yamila y Yasmin», contaba. Pero cuando empezaron a hacerse conocidos, «algunos de mis hijos y mi marido se han quitado de aparecer en redes sociales, los que nos hemos quedado es porque no nos ha asustado mucho la fama», explicaba.
Su marido, que es agente de la autoridad, «pensaba que podía perder esa posición de mando y no quería que le perjudicase la calle en su trabajo». Sin embargo su hijo Ibra «se siguió quedando porque tiene casi 900k y su sueño era ser cantante».
Aunque en la embarcación, Ana no solo viaja como activista: cada pasajero tiene asignada una función específica dentro de la misión. «Yo, por ejemplo, tengo asignada la creación de contenido y la información en redes. Como hay tanta desinformación y como algunos medios nos silencian tanto, creemos que es una labor fundamental», cuenta en una entrevista a 20minutos.
Sobre la vida a bordo, explica que cada persona tiene asignados apenas «entre dos y tres litros de agua», y que las duchas son prácticamente imposibles debido al reducido tamaño del barco. «Algunas veces, en alta mar, nos hemos tirado al agua y nos hemos aseado un poco», explica, mostrando la crudeza pero también la determinación con la que enfrentan la travesía.
Además, la activista asegura que desde la misión saben a lo que se enfrentan «sabemos que no respetan ningún derecho y nuestra vida está en riesgo, pero tenemos el apoyo social» aunque reconoce que «lo que más nos duele es que al final estos ataques estén desviando la atención de lo que está ocurriendo en Gaza, que es el exterminio total de un pueblo y miles de niños que están ya en hambruna severa y muriendo por centenares cada día».
Las polémicas en las que se ha visto envuelta
Desde que Ana Alcalde se embarcó rumbo a Gaza con la Flotilla Global Sumud, ha sido objeto de polémicas en redes sociales tras la difusión de un vídeo en el que aparece bailando junto a otra mujer frente a un escenario nocturno. Se afirmaba que activistas de la flotilla estaban de fiesta en Ibiza. Mensajes en X (anteriormente Twitter) como «Las de la flotilla, de juerga en Ibiza. Al final combatir al ejército de Israel en Gaza era ir parando en cada puerto a pegarse una fiesta del quince» fueron compartidos más de 1.000 veces.
Sin embargo, plataformas de verificación como Verifica RTVE y la propia Ana han desmentido estas acusaciones. Las imágenes fueron registradas en Barcelona durante la despedida de la flota antes de la salida de las embarcaciones. Verifica RTVE constató que el escenario que aparece en el vídeo es el que se construyó en el puerto de Barcelona para despedir a la flotilla el 31 de agosto. La activista ha denunciado en el programa En boca de todos que «tenemos una ola fascista que nos intenta tapar… Están utilizando el bulo para poder desacreditarnos y nos hace el trabajo más fácil a la hora de defendernos».
Además, Ana ha sido criticada por un vídeo en el que aparece bailando en la embarcación. Ella ha explicado que era un vídeo para despedirse de sus seis hijos con la única intención de no preocuparles: «Es el día de la despedida y quiero que me vean con la mejor cara. ¿Tengo que llorar para ir a hacer una causa? Voy llena de esperanza».