Publicado: septiembre 12, 2025, 11:00 am
Criar hijos en la era digital presenta nuevos retos y oportunidades. Entre notificaciones, redes sociales y aplicaciones móviles, los padres se enfrentan a decisiones que hace unas décadas ni siquiera imaginaban. Desde cómo acompañarlos en su autonomía hasta cómo garantizar su seguridad, la línea entre protección y control se vuelve cada vez más difusa. En este contexto, surgen herramientas tecnológicas que prometen facilitar la crianza, pero que también plantean preguntas importantes sobre el desarrollo y la confianza.
Pros de geolocalizar a los hijos
Rocío Ramos, conocida como Supernanny, señala que esta tecnología «tranquiliza mucho a los padres porque ayuda a localizar en caso de que haya una emergencia». Para los más pequeños, puede incluso tener un beneficio práctico, ya que «con los más pequeños puede servir para aumentar la autonomía».
Así, se puede permitir que los niños realicen pequeñas tareas de manera segura: «Te voy a ir dando recados o dejando salir solo en esta zona segura que hemos generado», ejemplifica la psicologa en el programa radiofónico Atrévete.
Además, la geolocalización «evita ciertos peligros, tu te adelantas y haces prevención de cosas que pueden ocurrir», lo que proporciona tranquilidad ante situaciones inesperadas.
Contras de la geolocalización
Sin embargo, no todo son ventajas. Rocío Ramos advierte que «también, y aquí vienen los contras, va a afectar a su autonomía y a su desarrollo». Los niños aprenden habilidades importantes resolviendo problemas por sí mismos:»¿Cuánto nos ha enseñado resolver; me he perdido, esta no es la calle que conozco, voy a preguntar a alguien…?»
Cuando los niños crecen, el uso de la geolocalización puede transformarse en un instrumento de control más que de seguridad. Como explica la psicóloga: «La principal para mí cuando empieza a ser más mayores es cuando los padres ya no solo es tranquilidad sino que lo utilizan como herramienta de control» y añade: «Ya no entra tanto la seguridad como saber que tengo a mi hijo controlado continuamente».
Además, mantener a los niños constantemente localizados puede afectar su autoestima y sensación de seguridad. Rocío Ramos subraya: «Si yo lo llevo geolocalizado, los chavales tienen una sensación de que todo va a estar resuelto… Lo que ayuda muy poco a la autonomía y por tanto, a la autoestima, que es esa cosa que a uno le va muy bien cuando consigue hacer logros él solo»
Antes de geolocalizar… hazte estas preguntas
Para decidir si geolocalizar o no a los hijos, la experta propone algunas variables clave: «Primero, fundamental, se lo tienes que decir. Por otro lado, seamos capaces de permitir cuando van creciendo, que se equivoquen, que se frustren».
Antes de tomar la decisión, plantea reflexionar: «¿La geolocalización que propongo es necesaria o es para mi tranquilidad? Si es para tu tranquilidad haz un ejercicio de autocontrol, que eres el adulto, y permite que haga cosas sin que tú lo controles, fíate de todo lo que tú has hecho hasta ahora”.
Finalmente, destaca la importancia de la comunicación y la confianza:»“Déjale que se equivoque, déjale que se frustre porque es fundamental para su desarrollo» y «Si yo me comunico bien con mi hijo le puedo decir, llamame si te ocurre algo y fiarte de él». De este modo, los padres pueden equilibrar seguridad y autonomía, promoviendo un desarrollo saludable sin recurrir a la geolocalización constante.