Publicado: septiembre 5, 2025, 5:30 pm
Una modelo que rompe cánones estéticos y sonríe con mirada cómplice, un músico de jazz con gafas oscuras en un club de los años 50 y esa persona que, sin esfuerzo aparente, convierte cualquier lugar en su escenario encarnan algo etéreo, reconocible al instante: lo cool. Ese destello que incomoda y seduce, que rompe las reglas sin pedir permiso, que no busca agradar, pero atrae como un imán. Lejos de ser un simple capricho estético, la ciencia ha descifrado que la coolness no es un misterio cultural ni un asunto de gustos aislados: es un fenómeno universal, transversal y, sobre todo, profundamente humano. Leer