Publicado: septiembre 3, 2025, 10:19 pm
Tras anunciar que el Estado de bienestar actual es «insostenible» y «no financiable» en Alemania, el canciller Friedrich Merz está pasando a la acción. «Lo diré de esta manera, sigo firmemente convencido de que se debe ahorrar un 10% en este sistema», ha concretado el presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) sobre sus intenciones de recortar el subsidio ciudadano, que es el que abarca el paro de larga duración. Dado que la prestación social cuesta de alrededor de 50.000 millones de euros anuales al Estado alemán, la medida supondría un ahorro de alrededor de 5.000 millones al año . «Esta es una cantidad que debe ser posible recortar. Si ya no nos atrevemos a ahorrar el 10% en un sistema de transferencias que va en la dirección equivocada, entonces estaríamos fallando flagrantemente frente a esta tarea. Ese debe ser el orden mínimo de magnitud», ha cifrado en vísperas de la reunión de la comisión gubernamental en la que la coalición está negociando la agenda de recortes. Durante una de sus comparecencias televisivas, como parte de la campaña electoral previa a las elecciones de febrero, Merz fue expuesto a lo que los presentadores del programa proponían como un dilema. Le fue presentado un vídeo de un ciudadano alemán que llevaba diez años en paro por su incapacidad cada día mayor de adaptarse a los requisitos y habilidades que exigen las empresas. Lejos de arredrase, Merz optó por una respuesta dura y franca. «Esta persona es un ejemplo perfecto de lo que estamos prometiendo eliminar» , dijo entonces este, que ahora toma cartas en el asunto, aunque relativamente limitado por su coalición con al Partido Socialdemócrata (SPD). El gasto estructural que Merz pretende reducir está descrito por la Agencia Federal de Empleo (BA), que confirma que uno de cada cuatro beneficiarios del subsidio ciudadano no ha tenido un empleo remunerado durante al menos los últimos diez años . Según el informe de diciembre de 2023, había un total de 363.000 beneficiarios de prestaciones para ciudadanos empleables que no habían obtenido ningún ingreso durante diez años o más en ese momento. 717.000 beneficiarios empleables no habían tenido un trabajo durante al menos cinco años, a los que podrían sumarse 240.000 casos procedentes de la denominada Hartz IV y otros 73.000 alemanes no sujetos a cotización, lo que ha permitido al populista diario Bild titular en alguna ocasión «1,2 millones de subvencionados no han trabajado nunca», en un artículo que identificaba a un grupo de 1,187 millones de beneficiarios del subsidio ciudadano sobre los que no había ninguna información o constancia de algún empleo anterior en las estadísticas. El canciller alemán considera necesario legislar exigencias, de manera que una persona que rechaza reiteradamente ofertas de empleo pierda, al menos en parte, su prestación social. Merz subraya además que espera un cierto alivio de las cargas sociales del Estado por el hecho de que se haya logrado una reducción drástica en el número de inmigrantes ilegales que llegan a Alemania, que impacta directamente sobre el volumen del susidio ciudadano, ya que lo reciben también todos los extranjeros sin ingresos y que ha sido un elemento de peso en la legislación de efecto llamada. « Sobre todo, debemos asegurarnos de que los niños no crezcan en este mundo , la siguiente generación, sino que los motivemos, que los eduquemos bien, que salgan de este ciclo permanente de desempleo», es el objetivo que ha señalado el canciller alemán, que se encuentra con cierta resistencia por parte de sus socios de gobierno pero que no ve alternativa. «Veo la situación en la economía, veo los datos del mercado laboral», dice Merz en referencia a la cifra de desempleo, que supera los tres millones de personas por primera vez en los últimos 15 años. «Puede empeorar aún más en las próximas semanas y meses , porque escucho de muchas empresas que ahora se ven significativamente afectadas por la política aduanera estadounidense», añade. Merz ha restado importancia a las diferencias con el SPD, en el seno de la comisión gubernamental que comienza esta semana su trabajo y asegura que ha hablado para reducir diferencias con la ministra de Trabajo, Bärbel Bas , que había descrito sus objetivos de una reforma significativa del estado de bienestar como «una mierda». Merz se ha negado tajantemente a subir los impuestos para hacer cuadrar las cuentas. «Tenemos un acuerdo de coalición, y hemos acordado en ese texto claramente que no se aumentarán los impuestos», ha recordado a sus socios, para añadir: «Y este acuerdo de coalición se aplica». Pero en el SPD se espera que el asunto vuelva a estar sobre la mesa a lo largo del trabajo de la comisión y tanto el líder del grupo parlamentario de la CDU, Jens Spahn, como el presidente de la hermana bávara CSU, Markus Söder, creen que todavía hay puertas traseras para un compromiso y recuerdan un modelo fiscal que la CDU discutió internamente hace solo dos años.