Publicado: agosto 27, 2025, 1:00 pm
Para nosotros, caminar y correr sobre nuestros pies es algo relativamente sencillo. No es lo mismo para los primates: pueden mantenerse erguidos e incluso hacer conatos de ‘carreras’, pero no es su posición natural y son incapaces de recorrer grandes distancias. Lo que nos distingue, la clave de nuestro bipedalismo está en la forma de la pelvis humana. Más que cualquier otra parte de nuestro cuerpo inferior, se ha transformado radicalmente a lo largo de millones de años para permitirnos lo que, visto desde fuera, es una rareza evolutiva: caminar sobre dos piernas. Pero ¿cómo consiguió la evolución remodelar una estructura tan compleja? Un nuevo estudio liderado por científicos de Harvard ha revelado dos cambios genéticos que fueron fundamentales para… Ver Más