Publicado: agosto 26, 2025, 6:00 am
El acta constitutiva del Banco de México fue firmada el 25 de agosto de 1925, conmemorándose así, ayer 25 de agosto, 100 años de banca central en México. Ello es un hito histórico e institucional. En este centenario, el instituto emisor fue evolucionando, pasando por varias transformaciones que estuvieron vinculadas al entorno externo y al interno de la época en cuestión. De igual forma, superó diversas crisis económicas y financieras que se le fueron presentando.
En sus primeras cinco décadas, el Banco de México se constituyó en un pilar del desarrollo económico nacional. Tuvo responsabilidades rectoras para el desarrollo que hoy día ya no forman parte de las funciones de un banco central. Congruente con la tendencia mundial que comenzó a gestarse en los años ochenta, poco a poco se fue perfilando hacia un banco central moderno. Ello implicó acotar sus funciones para que se concentrase en un solo objetivo principal: lograr la estabilidad de los precios, es decir, controlar la inflación.
Lo anterior culminó en el gran cambio estructural que constituyó otorgarle plena autonomía al Banco de México, para ser así un ente totalmente independiente del Ejecutivo para el diseño e instrumentación de su política monetaria, así como tener autonomía presupuestal y de gestión. Se modificó la Constitución para establecer lo anterior y definir, como su objetivo prioritario, lograr la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. Ese mandato constitucional no es un dogma ideológico, sino un compromiso social. Asimismo, la ley prohíbe que el Banco otorgue financiamiento directo al gobierno, práctica que en el pasado llevó a frecuentes episodios inflacionarios que desembocaron en crisis. La nueva Ley entró en vigor el 1 de abril de 1994. Prácticamente, en un tercio de su existencia, el Banco ha sido independiente. Hoy es reconocido internacionalmente como uno de los bancos centrales más sólidos, transparentes y altamente comprometido con su autonomía.
En sus 100 años de existencia, el Banco ha sido dirigido por 12 Directores Generales (1925-1994) y cinco Gobernadores (1994-2025, Miguel Mancera, Guillermo Ortiz, Agustín Carstens, Alejandro Díaz de León y Victoria Rodríguez). Cada uno de ellos fue contribuyendo al desarrollo institucional y fue dejando su huella personal de acuerdo con su estilo de gestión, sus objetivos de política monetaria y su visión para contribuir a la modernización financiera. Ello fue moldeando el legado que cada uno dejó para la posteridad. Debe recordarse en especial a quien fuera Director General de 1952 a 1970, don Rodrigo Gómez, quien consolidó, en sus 18 años al frente de la institución, la labor que en los decenios siguientes se fue cimentando hacia una banca central sólida, prestigiosa y confiable. Don Rodrigo promovió el capital humano del Banco y dejó muchas lecciones y enseñanzas. La importante evolución y modernización del Banco posterior a su gestión no hubiese sido posible sin los fundamentos que labró.
Hoy, la autonomía debe ser vista como una póliza de seguro y un blindaje de la sociedad para evitar políticas expansivas y desestabilizadoras. Ese es el verdadero sentido de festejar este centenario. Por ende, debe ser un festejo de toda la sociedad para sentirnos respaldados de contar con un banco central que, al tener como mandato la estabilidad de precios, está comprometido con la prosperidad de toda la población.