Publicado: agosto 22, 2025, 7:30 pm

Nicolás Maduro respondió este viernes 22 de agosto al reciente despliegue naval de Estados Unidos y minimizó la presencia militar del país norteamericano, afirmando que los barcos que están en el mar Caribe «están pescando, pescando felices y en paz», en un intento por proyectar control ante las crecientes tensiones con Washington.
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Maduro aprovechó el escenario para insistir en la defensa de la soberanía venezolana y rechazar cualquier intento de intervención extranjera. «No es tiempo de diferencias políticas ni de colores. Una sola bandera nos cobija. ¡Esta patria es inexpugnable! ¡Nada ni nadie tocará a Venezuela!».
El régimen, golpeado por sanciones y la pérdida de aliados regionales, utiliza estas declaraciones para reforzar su narrativa. En tal sentido, el líder chavista también agradeció el supuesto respaldo de instituciones y sectores sociales venezolanos, así como de los pocos aliados que le quedan, contra lo que calificó como una amenaza de conflicto armado por parte de Estados Unidos.
«Agradezco a todas las Instituciones y sectores de la sociedad venezolana, a los Gobiernos y pueblos del mundo, la solidaridad, el apoyo y rechazo unánime a que Estados Unidos abra un conflicto armado en Venezuela; y lo sume a sus fracasos, tal como pasó en Vietnam, Afganistán, Libia e Irak», afirmó.
El acto, cargado de simbología chavista, buscó proyectar fortaleza frente a la presión internacional, pero la retórica de Maduro no logra ocultar la debilidad del régimen ante un cerco diplomático y económico cada vez más estrecho. «¡Que lo oiga el que quiera oírlo, donde lo quieran oír! El que no hace respetar a su casa, a su familia y a su tierra, no se respeta a sí mismo», añadió.