Publicado: agosto 21, 2025, 1:30 pm
Frank Caprio será recordado como un juez distinto. Durante más de cuatro décadas en los despachos de Providence, Rhode Island (Estados Unidos) mostró que la justicia podía ejercerse con empatía, sentido común y una dosis de humor que lo convirtió en símbolo de humanidad en todo el mundo. Su fama internacional llegó gracias al programa televisivo Caught in Providence, donde millones de personas pudieron ver cómo Caprio aplicaba la ley sin perder de vista las circunstancias personales de cada acusado. Lejos de la rigidez habitual de los tribunales, el magistrado prefería escuchar con atención, ofrecer segundas oportunidades y, en ocasiones, transformar las audiencias en lecciones de vida. Sus vídeos, difundidos masivamente en redes sociales, acumularon miles de millones de visualizaciones y le valieron el apelativo de «el juez más simpático del mundo». En ellos se le veía invitar a niños a sentarse junto a él en el estrado, condonar multas a personas en situaciones difíciles o explicar con calma que la justicia también debía estar al servicio de la compasión. A lo largo de su carrera, Caprio insistió en que su forma de trabajar era un reflejo de la vida cotidiana. «Los casos muestran los mismos problemas que enfrenta la gente en todo el país», explicaba en uno de los programas y aseguraba que su labor buscaba conectar con realidades humanas y no limitarse a aplicar sanciones de forma automática. Su popularidad se tradujo también en reconocimientos: Caught in Providence fue nominado tres veces a los Daytime Emmy, y Caprio recibió dos nominaciones personales como presentador. Sin embargo, sus seguidores destacan en redes sociales que sus mayores premios fueron los innumerables actos de bondad que inspiró en todo el mundo. En diciembre de 2023 anunció que padecía cáncer de páncreas, enfermedad contra la que luchó hasta su fallecimiento esta última semana a los 88 años. En una de sus últimas intervenciones públicas pidió a sus seguidores que rezaran por él y agradeció el cariño recibido. Su hijo David, en nombre de la familia, instó a recordar a su padre «difundiendo un poco de amabilidad», un mensaje que ha escrito en redes sociales y que sintetiza el espíritu con el que Caprio vivió. Le sobreviven su esposa Joyce, con quien compartió casi seis décadas de matrimonio, sus cinco hijos, siete nietos y dos bisnietos.