Publicado: agosto 21, 2025, 1:00 pm
Los conceptos nearshoring y smartshoring describen dos enfoques de tercerización de procesos o servicios empresariales, pero con motivaciones y alcances diferentes.
El nearshoring busca acercar la producción al mercado de consumo, trasladando operaciones a países cercanos para aprovechar la proximidad geográfica, similitud cultural y mayor facilidad de comunicación.
De acuerdo con Deloitte, entre enero de 2021 y septiembre de 2023, seis entidades mexicanas concentraron el 85% de la Inversión Extranjera Directa (IED) derivada de esta estrategia: Nuevo León (39%), Coahuila (12%), Ciudad de México (11%), Guanajuato (10%), Jalisco (9%) y Durango (4%).
Por otro lado, el smartshoring va más allá de la cercanía física. Se trata de una estrategia que traslada procesos logísticos, administrativos o de negocio a países con condiciones óptimas para su ejecución, combinando criterios como tecnología, eficiencia y redes productivas con el contexto geopolítico, que determina la estabilidad, las relaciones comerciales y las oportunidades de inversión. Más que preguntar “¿dónde producir?”, el smartshoring replantea “¿cómo, dónde y con quién producir?”.
Gracias a su ubicación estratégica, su integración con Norteamérica y tratados como el T-MEC, México se ha convertido en un destino clave para el smartshoring. Su entorno tecnológico, su mano de obra calificada y su conectividad favorecen operaciones seguras, flexibles y con visión de largo plazo.
Tan solo en el primer trimestre de 2025, el país atrajo 21,373 millones de dólares en IED, según la Secretaría de Economía. Nuevo León fue el segundo estado con mayor captación (12.5%).
En un entorno global donde las empresas priorizan la sostenibilidad, la adaptabilidad y la eficiencia, el smartshoring se ha consolidado como una vía para reducir costos sin comprometer la calidad ni la competitividad.
Un ejemplo de impulso a esta tendencia es BBVA México, que ha desarrollado soluciones financieras que acompañan a las compañías desde el primer momento de su proceso de relocalización: apoyando la planeación financiera, la cobertura cambiaria y cuentas en moneda nacional y extranjera, hasta el financiamiento de cadenas de suministro, logística y distribución internacional. Su plataforma BBVA Pivot integra herramientas digitales y sostenibles, combinando alcance global con contexto local.
Además, BBVA México cuenta con un equipo especializado que lidera la estrategia para apoyar a empresas multinacionales en sus procesos de relocalización, en coordinación con sus ejecutivos y las áreas de producto y soporte comercial. Esta estructura asegura un acompañamiento cercano y personalizado, alineando la visión global del banco con las necesidades específicas de cada compañía.
En 2024, el banco lanzó una línea de crédito ESG enfocada en empresas que adoptan smartshoring, con métricas vinculadas a eficiencia energética y reducción de emisiones de carbono. Esta orientación sostenible lo posiciona como un actor clave en la transformación industrial regional.
Más allá del modelo tradicional de cadenas de suministro, BBVA México impulsa ecosistemas colaborativos que multiplican el impacto económico local y fortalecen las redes productivas.
México enfrenta una oportunidad única para superar el modelo maquilador y posicionarse como un hub industrial inteligente y sostenible. El smartshoring ofrece un camino que no solo atrae inversión, sino que propone una nueva estructura productiva basada en innovación, talento y responsabilidad ambiental.