Publicado: agosto 21, 2025, 4:30 am
Antes de convertirse en princesa de Mónaco por su boda con Alberto Grimaldi, la sudafricana Charlène Wittstock fue nadadora profesional. De hecho, conoció a su marido en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo en el año 2000. Ella ganó la medalla de oro de 200 metros a espalda.
Su relación con el agua no ha sido solo profesional. Charlène preside una fundación que lleva su nombre dedicada a prevenir los ahogamientos y desarrollar la educación de los niños a través de los valores del deporte. La princesa está muy sensibilizada con un problema que en veranos, particularmente, se repite de forma dramática y que ella conoció de primera mano, cuando un primo suyo murió ahogado.
Como señala en el periódico Ouest-France y recoge la revista Hola, una de las principales medidas de prevención es «meter a los niños al agua desde temprano, bajo supervisión, para enseñarles a salvarse, y entrenar a los adultos en los reflejos adecuados».
Por ello, sus propios hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de 10 años, saben nadar desde que eran bebés e incluso han hecho cursos de salvamento acuático y de buceo. Aunque eso no obvia el recuerdo más amargo de la princesa. «Es un tema que me afecta profundamente, no solo como nadadora. De niña, mi primo Richard se ahogó en un río, muy cerca de la casa de mi tío. Tenía solo cinco años. Fue devastador. No creo que ese dolor desaparezca jamás», ha relatado.
Recuerda también que en 2018 vivió un drama similar cuando la hija de unos amigos murió al caer a una piscina con 19 meses. «La niña siempre paseaba por el jardín de los vecinos, aquel fatídico día debió caer a la piscina. Cuando la encontraron, ya era demasiado tarde. Nada podía devolverle la vida a su bebé y no puedo ni imaginar el dolor que los padres sintieron en ese momento», dijo en Point de Vue.
España registra este verano la cifra de 303 muertes por ahogamiento hasta el 31 de julio, la más alta en diez años. Solo en julio ha habido 92 víctimas en el agua.