Publicado: agosto 15, 2025, 10:30 pm
La princesa Bajrakitiyabha, hija mayor del rey Vajiralongkorn de Tailandia, sufre una severa infección que ha entrado en su torrente sanguíneo. La princesa lleva 32 meses hospitalizada debido a una afección cardíaca que la dejó inconsciente en 2022, según informó este viernes la casa real tailandesa.
El primer dato oficial que se publica, después de dos años y medio de silencio, sobre la salud de la princesa, de 46 años, explica que desde el 9 de agosto ha sufrido infecciones ocasionales, por lo que los médicos le han administrado antibióticos.
«La infección empeoró y entró en el torrente sanguíneo, lo que obligó al uso de múltiples antibióticos y medicamentos para estabilizar la presión arterial. El equipo médico continúa ofreciéndole tratamiento completo y monitoreando de cerca su estado», reza el comunicado oficial.
La primogénita del monarca -y única hija del primer matrimonio de Vajiralongkorn con su prima hermana Soamsawali, de quien se divorció en 1991- está internada en el hospital Chulalongkorn de la Cruz Roja Tailandesa desde el 15 de diciembre de 2022. Bajrakitiyabha, quien era vista como posible heredera al trono, fue hospitalizada el perder el conocimiento.
La princesa entrenaba a sus perros para una competición canina en la ciudad de Nakhon Ratchasima, a unos 250 kilómetros al noreste de Bangkok. La casa real explicó entonces que la princesa se encontraba «estable hasta cierto punto» con varios órganos vitales, como su corazón, pulmones y riñones, dependiendo de máquinas para el funcionamiento.
Se descubrió que Bajrakitiyabha estaba afectada por una bacteria microplasma que provocó la «inflamación del corazón» y una «alteración grave del ritmo cardíaco».
Con la ascensión al trono de su padre, la princesa tomó un papel más destacado en las ceremonias y actos de la monarquía, lo que se interpretó como un guiño ante la posibilidad de ser nombrada heredera de la corona tailandesa, que según varias estimaciones amasa la fortuna real más grande del mundo.
Doctora en derecho por la Universidad estadounidense de Chicago y licenciada en Relaciones Internacionales, la princesa, amante de la hípica, también se formó en algunas de las escuelas más elitistas de su país y en Inglaterra.