Publicado: agosto 12, 2025, 8:30 am
La oxitocina, popularmente conocida como la «hormona del amor», es determinante en la creación de relaciones de amistad, ayudando a que se formen más rápido y de forma más selectiva, asegura un estudio de la Universidad de California en Berkeley , publicado en ‘ Current Biology ‘, La oxitocina se libera en el cerebro durante interacciones sociales, el parto, la lactancia y las relaciones sexuales. Favorece el apego, la cercanÃa y la confianza, aunque también se ha asociado con comportamientos agresivos . Es conocida como la «hormona del abrazo» o de la «felicidad», y se ha vinculado a actividades que aumentan el bienestar, como el contacto fÃsico, la música o el ejercicio. Hasta ahora, se creÃa que esta molécula era esencial para formar vÃnculos duraderos de pareja. Sin embargo, estudios previos con topillos de pradera, roedores que, como los humanos, establecen relaciones estables y selectivas, ya habÃan mostrado que, aunque la oxitocina no es imprescindible para la monogamia, sà acelera el proceso de creación de lazos. En este nuevo trabajo, el equipo de la profesora asociada Annaliese Beery se centró en las relaciones entre iguales, equivalentes a la amistad humana. Descubrieron que los topillos que carecÃan de receptores de oxitocina tardaban hasta una semana en mostrar preferencia por un compañero concreto, frente a las 24 horas que necesitaban los animales normales. «La oxitocina parece ser particularmente importante en la fase inicial de formación de las relaciones, y especialmente en su selectividad: ‘Te prefiero a ti antes que a este desconocido», explica Beery. Los topillos modificados genéticamente no solo tardaban más en formar amistades, sino que también mostraban menos interés en pasar tiempo con compañeros conocidos y menos rechazo hacia extraños. En situaciones de grupo, se mezclaban sin distinguir entre amigos y desconocidos, a diferencia de los animales con señalización normal de oxitocina, que permanecÃan cerca de sus compañeros antes de abrirse a nuevas interacciones. Los investigadores también observaron que, aunque las hembras mutantes mantenÃan la motivación para estar con sus parejas de apareamiento, esa preferencia no se extendÃa a las amistades. Esto sugiere que los vÃnculos románticos y los de amistad podrÃan depender en distinta medida de las vÃas de recompensa del cerebro. Para entender cómo la falta de receptores altera el sistema, el equipo utilizó un nanosensor desarrollado por el laboratorio de Markita Landry , también en UC Berkeley. Este sensor, hecho a partir de nanotubos de carbono y ADN monocatenario, permite detectar la oxitocina en tiempo real mediante fluorescencia. Los resultados mostraron que los topillos sin receptores liberaban menos oxitocina y desde menos puntos del núcleo accumbens, una región clave en la recompensa social. Esto podrÃa explicar por qué sus amistades tardaban más en consolidarse. El interés de Beery y su equipo va más allá de los roedores. Comprender cómo la oxitocina regula la amistad podrÃa arrojar luz sobre trastornos como el autismo o la esquizofrenia, que afectan la capacidad de formar y mantener vÃnculos sociales.