Publicado: agosto 5, 2025, 11:00 am

El gremio docente alzó su voz este lunes 4 de agosto tras el nuevo anuncio del Ministerio de Educación, que pretende mantener activos a los trabajadores del sector durante el mes de agosto, un período que por calendario y ley corresponde a vacaciones escolares.
Por lapatilla.com
A través de un comunicado difundido en su cuenta oficial de X (antes Twitter), los docentes rechazaron categóricamente la iniciativa “Agosto de Escuelas Abiertas”, impulsada por el régimen de Nicolás Maduro y el ministro Héctor Rodríguez, que pretende convocar a maestros, administrativos y obreros a trabajar presencialmente durante el receso académico.
El plan contempla un formador por área y por año escolar, desde 1er hasta 5to año, como parte de un “primer lanzamiento” oficial. La narrativa chavista lo presenta como una estrategia para “velar por el bienestar educativo de los niños y niñas”.
Sin embargo, los educadores no se comieron el cuento: denuncian que esta medida representa una grave violación a sus derechos laborales, al eliminar de facto sus vacaciones legales.
“Agosto, según lo establecido en el calendario escolar y en la legislación laboral vigente, es un mes de descanso y recuperación para docentes, administrativos y obreros”, recuerdan en el comunicado.
Obligar al personal educativo a permanecer activo durante ese mes genera presión, desgaste y desmotivación, en un sector donde los sueldos apenas alcanzan para cubrir el pasaje diario, y en el que las condiciones de los planteles están en franco deterioro.
“No se puede hablar de bienestar educativo sin bienestar laboral”, sentencian.
El gremio también alertó que, en lugar de enfocarse en garantizar condiciones dignas de trabajo, el régimen insiste en imponer medidas que desconocen la realidad de las aulas y empujan a más docentes a abandonar el sistema educativo.
“¿Cómo se puede hablar de transformación educativa cuando ni siquiera se respetan las vacaciones de quienes forman parte esencial del proceso?”, cuestionan.
Desde distintas regiones del país ya se hacen sentir las voces de rechazo. Para muchos trabajadores del sector, este plan no es una oportunidad pedagógica, sino un atropello más que normaliza la explotación y pisotea sus derechos.