Publicado: mayo 8, 2025, 8:30 am

Eran las 3 de la madrugada en Moscú cuando Nicolás Maduro debió atender una llamada de urgencia desde Caracas. Eran malas noticias, como suelen ser las comunicaciones a esas profundas horas de la noche. “Estados Unidos liberó a todos los que estaban en la embajada argentina”, escuchó del otro lado de la línea
Por Infobae
Fue un golpe al mentón. Maduro -invitado por su aliado/socio/patrocinador Vladimir Putin a conmemorar el Día de la Victoria en Rusia junto a otros dictadores regionales y del mundo- ya no pudo contraer el sueño y quedó despierto tratando de averiguar qué había pasado. Y sobre todo, quién lo había traicionado.
Por el momento poco se sabe del operativo de los Estados Unidos en tierra venezolana para liberar a Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos quienes buscaron refugio en la sede diplomática de la Argentina el 20 de marzo de 2024. Eran víctimas de la persecución que el déspota caraqueño había iniciado contra el equipo de María Corina Machado, la líder opositora.

Asilados y convertidos en rehenes del régimen chavista, pasaron allí 412 días acosados y padeciendo los embates permanentes de las fuerzas de seguridad e inteligencia de Miraflores. La sede diplomática fue rodeada, sitiada, dejada sin recursos, sin suministro eléctrico, sin víveres, con el agua cortada… Pero esas mismas fuerzas que controlaban y mantenían bajo asedio el edificio fueron engañadas por el operativo norteamericano. Lo poco que se conoce hasta ahora de esa misión es que fue “de película”, fue planificada al detalle e involucró a todo tipo de agentes.
Caracas busca desesperadamente responsables y traidores. Una cabeza a la cual culpar. Hay preocupación entre los altos mandos policiales.
El operativo que los liberó no sólo representó una humillación para las estructuras del régimen de Maduro, sino también una luz de alerta sobre las deficiencias del apoyo que prometieron los socios y aliados de Venezuela y que quedaron expuestas: Cuba, Rusia, Irán y China. Ninguno de estos países pudo darle la asistencia necesaria para repeler las maniobras que resultaron en la liberación de Meda, Macero, González, Urruchurtu y Villalobos.
Maduro podría reprocharles a todos ellos en persona en Moscú. Allí también fueron invitados Miguel Díaz-Canel, Xi Jinping y desde luego estará el anfitrión, Putin. ¿Se animará? Seguramente se limitará sólo a lamentarse, lamerse las heridas y vociferar contra Washington por violar su territorio.
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