Publicado: abril 21, 2025, 5:30 am
La muerte del papa Francisco a los 88 años en su residencia de Santa Marta supone el inicio de un estricto protocolo, en el que el cardenal Kevin Joseph Farrell, actual camarlengo desde 2019, asume la administración temporal de la Iglesia durante el período de Sede Vacante, hasta que se celebre el cónclave en el que se elige a un nuevo pontífice.
«Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 07.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados», comentaba el propio Farrel como encargado de dar la noticia.
Kevin Joseph Farrell ha sido una de las personas más cercanas al Papa durante el tiempo en el que ha estado ingresado en el hospital a causa de sus complicaciones de salud. Tras su muerte, el cardenal se convierte en figura clave de la Iglesia hasta la elección de otro Papa y es que sus funciones, sobre todo en estos momentos, no son nada desdeñables.
¿Cuál es el papel del carmalengo?
La figura del camarlengo adquiere un papel crucial ante cualquier escenario de vacío de poder en la Iglesia. Es el encargado de certificar oficialmente la muerte del pontífice, sellar sus aposentos y convocar al Colegio de Cardenales para organizar el cónclave que elegirá a su sucesor. Además, tiene bajo su responsabilidad la administración de los bienes temporales de la Santa Sede durante la llamada Sede Vacante.
No obsante, en los últimos tiempos en los que la salud del papa Francisco ha pasado por momentos complicados se ha activado otro protocolo poco habitual: el de la sede impedida, que se pone en marcha cuando un Papa, aún vivo, no puede ejercer su cargo por razones médicas. Según trascendió, el papa Francisco firmó una carta de renuncia en caso de incapacidad permanente, la cual estuvo en manos de Farrell.
En definitiva, su experiencia, cercanía con Francisco y autoridad como camarlengo lo posicionan como una de las figuras clave en un proceso de transición dentro de la Iglesia católica como este. Pero, ¿quién es él?
La trayectoria de Kevin J. Farrell en la Iglesia
Nacido en Dublín en 1947, Kevin Joseph Farrell ha desarrollado una extensa carrera eclesiástica. Inició su formación en los Legionarios de Cristo, estudió Filosofía y Teología en España e Italia, y fue ordenado sacerdote en Roma en 1978. Su labor pastoral lo llevó a México, donde se especializó en ética social y biótica, además de ejercer como administrador de la Legión de Cristo, en varios puntos de Europa.
En 1984, se trasladó a Washington y consolidó su carrera como director del Centro Católico Hispano y, posteriormente, como oficial financiero de la arquidiócesis. Además, se volcó con las comunidades hispanas, en las que impartió misas en español y se implicó en la defensa de los derechos de los inmigrantes. En 2002, Farrell fue nombrado obispo auxiliar de Washington D. C. y en 2007 fue designado obispo de Dallas.
Fue en 2016 cuando el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, una posición que lo puso a cargo de importantes eventos, hasta nombrarle camarlengo el 14 de febrero de 2019. Farrell también destacó, durante su trayectoria, por su compromiso con la transparencia y la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia.
Discreto, pero influyente, Farrell se ha convertido en un pilar en la gestión vaticana durante el pontificado de Francisco, quien lo designó de manera personal y con quien compartía valores y formas de entender la Iglesia y la religión católica. Ahora, durante el periodo de quince días de sede vacante, será él la figura más importante en la Iglesia.