Publicado: abril 10, 2025, 10:00 pm
El oeste del lago Turkana , al norte de Kenia, en la frontera con Etiopía, es un lugar tan seco que las cabras se comen los pinchos de las acacias y, si uno se descuida, «corre el riesgo de que le muerdan hasta el pelo». El paleontólogo madrileño Ignacio A. Lazagabaster lo conoce bien. Desde hace cuatro años es codirector del yacimiento de Lothagam, una árida pero bella extensión de sedimentos rojos, morados y azules que, si no fuera por la salpicadura de algún arbolito, parecería «un paisaje marciano». Excepto durante el monzón, cuando el agua corre en torrenteras, no cae aquí una gota de lluvia. Los habitantes locales tiran de sus rebaños para sobrevivir a duras penas. Sus cuencos… Ver Más