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Segura recesión

Publicado: abril 7, 2025, 2:00 am

El gobierno de López sembró la semilla de la recesión que experimentará la economía este año; el proteccionismo de Trump la profundizará..

La semana pasada analicé algunos datos que apuntan a que la economía se encamina hacia una recesión: la caída mensual del IGAE en cinco de los siete meses posteriores a las elecciones presidenciales, la reducción observada en febrero de las exportaciones no petroleras, la tendencia decreciente desde el año pasado en todos los rubros de importaciones (consumo, intermedios y de capital) y la disminución en la ocupación laboral de 236 mil individuos entre febrero de 2024 y febrero de 2025.

La previsión de una recesión se refuerza con otros cinco datos que dio a conocer el INEGI la semana pasada. Primero, los índices coincidente y adelantado de la actividad económica para el mes de enero, en donde ambos se situaron por debajo del umbral de 100 puntos (99.4 el coincidente y 99.5 el adelantado). La última vez que ambos índices se situaron por debajo de los 100 puntos y con una tendencia decreciente fue en diciembre de 2018, anticipando la recesión que se materializó en 2019. Que ambos índices estén nuevamente por debajo de 100 y cayendo permite prever una recesión (aun sin tomar en consideración el efecto de la política proteccionista estadounidense).

El segundo indicador es el consumo privado, el cual ha presentado disminuciones en cinco de los siete meses siguientes a las elecciones presidenciales. La caída acumulada del consumo privado entre julio de 2024 y enero de 2025 coincide con la disminución, desde el tercer trimestre del año pasado, en la confianza de los consumidores, quienes perciben que la situación económica de su hogar y del país en general se deteriorará, tal como lo informó el INEGI en el indicador correspondiente a marzo de este año.

Al igual que sucede con los consumidores, el índice de confianza de los empresarios también ha caído, habiendo tenido una tendencia decreciente a partir del segundo trimestre de 2023; para marzo de este año se situó por debajo del umbral de 50 puntos.

El INEGI también dio a conocer la formación bruta de capital correspondiente a enero. Aquí también se refuerza la previsión de una recesión, ya que la inversión fija bruta ha caído en cinco de los siete meses posteriores a las elecciones, con lo cual la disminución acumulada entre julio de 2024 y enero de 2025 fue de 5.1%; en enero de este año, la inversión fue 6.7% menor que en enero de 2024, habiendo caído tanto la inversión privada (4.4%) como la pública (24.8%). Menor inversión hoy significa menor crecimiento futuro.

Llama la atención que tres variables —IGAE, consumo privado e inversión— han disminuido en cinco de los siete meses posteriores a la elección presidencial. Lo que esto indica es que el deterioro de la economía tiene íntegramente causas internas generadas por la 4T: el deterioro del Estado de derecho, la merma de la certeza jurídica, la eliminación de los contrapesos al ejercicio autoritario del poder con la destrucción del poder judicial y el debilitamiento y posterior desaparición de los órganos autónomos, una política petrolera y, sobre todo, eléctrica errónea que discriminó al sector privado y que redujo la seguridad energética, el deterioro de las finanzas públicas, el aumento en la delincuencia organizada y no organizada y la notoriamente mayor incidencia de corrupción gubernamental.

Es en este escenario de deterioro por causas internas que llegó Trump como un torbellino, arrasando con el arreglo institucional que permitió el progreso económico mundial a partir de la década de los cincuenta del siglo pasado. Su política proteccionista, que previsiblemente provocará una recesión en Estados Unidos, afectará significativamente a la economía mexicana por tres vías.

La primera es la caída en las exportaciones por los aranceles que ya impuso: 25% al acero, el aluminio, la fracción no estadounidense de los automóviles, cerveza en lata y todas aquellas no amparadas por el T-MEC (estas últimas representan 50% del total de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos). La segunda es la disminución de las exportaciones como resultado de la recesión en la que caerá la economía estadounidense. La tercera, la profundización de la disminución de la inversión ante el proteccionismo y la incertidumbre sobre el futuro del T-MEC.

El plan presentado por la presidente Sheinbaum para “fortalecer la economía nacional y el bienestar” y que buscaría atenuar el impacto recesivo de la política arancelaria de Trump, es una nueva versión del “Plan México”, un plan de sustitución de importaciones en donde se propone aumentar la producción nacional de casi todos los bienes: granos, leche, muebles, ropa, calzado, medicinas, gasolina, gas, electricidad, autos, acero, aluminio, celdas fotovoltaicas y más.

Como todo plan de desarrollo, este no contempla la escasez de recursos, las ventajas comparativas y el costo de oportunidad, ni la ineficiencia gubernamental, ni la fragilidad de las finanzas públicas y, menos aún, la debilidad del Estado de derecho; sin reglas claras y certeza jurídica, no habrá mayor inversión, productividad y crecimiento. El plan tampoco nos salvará de la recesión que el propio gobierno generó y que Trump profundizará.

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