Publicado: abril 4, 2025, 2:30 am

Soy de los que lleva poco dinero en el bolsillo. Un par de billetes siempre tengo en la cartera, lo justo para afrontar alguna exigencia puntual de dinero en met谩lico, pero a decir verdad el papel moneda se me apolilla en la billetera por falta de uso. Me he acostumbrado a pagar con tarjeta de cr茅dito y hasta para comprar una humilde barra de pan la paso por el dat谩fono. Las monedas han quedado desterradas de mis bolsillos y las que por alguna circunstancia llegan a mi poder trato de deshacerme de ellas de inmediato. Este proceder carece de originalidad alguna, la gente cada vez usa menos el dinero en met谩lico y m谩s las tarjetas de cr茅dito, muchos ahora incluso con el m贸vil. Es m谩s c贸modo, m谩s seguro frente a descuidos o p茅rdidas y tambi茅n m谩s higi茅nico, los billetes pasan por muchas manos, y antes de la pandemia importaba poco, pero la covid puso bajo sospecha cualquier veh铆culo imaginable de transmisi贸n de virus, bacterias y miasmas.

Soy consciente de que tanto los pagos con tarjeta como los bizum permiten a Hacienda tener un control estricto de tu actividad financiera, lo cual tampoco me preocupa porque ni quiero tener problemas con el fisco ni oportunidad siquiera de opacidad alguna. As铆 que el reciente anuncio de la Agencia Tributaria de apretar las tuercas a los pagos en met谩lico por ser los m谩s dif铆ciles de rastrear no me escuece en lo personal. Apoy谩ndose en la Ley 7/2012 desde 2021 no se pueden realizar pagos en efectivo que sean iguales o superiores a 1.000 euros o 10.000 euros en el contravalor con moneda extranjera. La novedad es que Hacienda llevar谩 a cabo una ofensiva contra empresas y profesionales que no permitan el pago con tarjeta. Ser谩 una campa帽a intensiva de comprobaciones e inspecciones de quienes no aparezcan en sus bases de datos con ingresos procedentes de tarjetas de cr茅dito de clientes. Es cierto que sobre aquellos que no admiten esta forma de pago o te cuentan que no les funciona el dat谩fono cabe barruntar que viven inmersos en el b谩lsamo fiscal de la econom铆a sumergida. Un fluido que , seg煤n algunos c谩lculos, mueve m谩s de un 20% de la econom铆a espa帽ola.

Ni quiero tener problemas con el fisco ni oportunidad siquiera de opacidad alguna

Asistimos pues a un paulatino decaimiento del dinero en met谩lico con el que son especialmente activos los pa铆ses n贸rdicos como Suecia y Dinamarca, que hablan ya de la eliminaci贸n absoluta del uso de billetes en los pr贸ximos cinco a帽os. La UE mantiene en marcha desde 2023 su proyecto de euro digital que el Consejo de Gobierno del BCE habr谩 de evaluar y definir los t茅rminos y condiciones de su implementaci贸n. La instauraci贸n del euro digital s铆 supondr铆a un paso determinante en el proceso de aminoraci贸n de los movimientos en efectivo, aunque hay voces que lo califican de atentado contra la privacidad, la libertad individual y hasta los derechos humanos.

Al margen de estos calificativos 茅ticos, la eliminaci贸n total del dinero en met谩lico presenta inconvenientes que han de ser considerados. El primero es que no todas las personas tienen acceso a la tecnolog铆a necesaria para realizar transacciones digitales. Es el caso de personas mayores o gente con bajos ingresos que pueden verse marginados en el acceso a los servicios financieros. Tambi茅n la dependencia tecnol贸gica puede ser problem谩tica en caso de cat谩strofes naturales si deja a los ciudadanos sin acceso a los fondos. A eso hay que a帽adir los costes ocultos por comisiones de bancos y plataformas de pago, y que eliminar efectivo puede desdibujar la realidad econ贸mica de cada cual. Aunque asistamos al ocaso de los billetes, al color del dinero a煤n le queda brillo.