Publicado: marzo 21, 2025, 8:30 am
El dinero no garantiza la felicidad, pero la realidad demuestra que puede ayudar mucho a abrir caminos para comprarla, especialmente si lo deseado tiene un precio y el que lo desea está dispuesto a pagarlo. Una de las primeras decisiones de Donald Trump nada más jurar su cargo al iniciar su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos fue poner en marcha una serie de drásticas medidas contra los inmigrantes que no tienen sus papeles en regla.
Se intensificaron los controles en las fronteras, con gran difusión en los medios, y se reactivaron los vuelos de deportados sin importar, como ha sucedido en algunos casos, la opinión de los jueces que consideraban no acorde con la ley estos procedimientos. En algunos estados se propusieron iniciativas para animar, mediante recompensa, a los ciudadanos a convertirse en delatores de situaciones irregulares.
El sueño americano para muchos se volvía más difícil de alcanzar, pero siempre hay vías para lograrlo. Trump acaba de anunciar la creación de una tarjeta dorada que llevará su nombre, se venderá -ese fue el término que usó- al precio de cinco millones de dólares y permitirá a los extranjeros que dispongan de ella y a sus familias establecerse en Estados Unidos con los permisos necesarios, que también les abrirán el camino para optar a la nacionalidad.
¿Quién dijo que el presidente no está dispuesto a ayudar a los emigrantes? Él mismo se apresuró a aclarar que los ricos que dispongan de mucho dinero y estén dispuestos a gastarlo serán bienvenidos y tendrán las puertas del país abiertas. América, tierra de oportunidades.