Publicado: marzo 18, 2025, 7:30 pm
Imagina que pudieras pedir prestado el cerebro de Warren Buffett, Alexander Elder, Charlie Munger o Stan Weinstein. ¿Qué harías con él? ¿Qué preguntas responderías y cómo actuarías?
Obviamente no podemos hacer un trasplante de cerebro con estos grandes hombres de las inversiones, pero sí podemos aprender de sus entrevistas, libros e ideas. La finalidad de este artículo es capturar parte de ese talento que han tenido a lo largo de los años para “leer” a los mercados (y a las personas).
Leer hasta los prospectos de los medicamentos
Uno de los consejos que Charlie Munger, el eterno socio de Buffett, repetía con más frecuencia era que había que leer para convertirse en un sabio. “No conozco a nadie sabio que no lea todo el tiempo”, declaró en varias entrevistas.
No se trata solamente de leer el blog de finanzas de Exness o el Wall Street Journal, sino de aprovechar el conocimiento disponible de otras temáticas, para desarrollar una mentalidad abierta y curiosa, con múltiples intereses y aficiones.
Los mejores inversores se mantienen al día sobre tendencias sociales globales, eventos políticos y cambios tecnológicos. Conocer a las personas y su forma de actuar, sin juzgar, es una habilidad rentable que se puede adquirir a través de la lectura de opiniones de todo tipo.
Cimentarse en un área de conocimiento
Si Munger recomendaba saber “un poco de todo”, Stan Weinstein, autor del best-seller Secretos para ganar en los mercados alcistas y bajistas, recomienda un paso previo. Antes de diversificar intereses y empezar a comprar acciones, Weinstein recomienda estudiar cálculo y aprender sobre medias, medianas, promedios y derivadas.
Según el famoso inversor, muchos traders piensan que está bien tomar decisiones basadas en una corazonada, pero la realidad es que quienes llevan esa mentalidad al mercado suelen volver con las manos vacías y los ojos llenos de lágrimas.
Lo curioso de este consejo es que aplica para cualquier ámbito de los negocios o de la vida profesional. Formarse en un área rentable de conocimiento puede servir para ofrecer servicios especializados o escalar posiciones dentro de una gran empresa. En un mundo donde todo cambia rápido, la hiper-especialización es la mejor forma de mantenerse al día con las tendencias y ser un inversor o un profesional confiable.
Pensar en las personas
Entre tanta matemática es normal creer que la Economía es una ciencia exacta, pero no lo es. Es una ciencia social, ya que depende del comportamiento de grandes grupos de humanos.
Esto implica que los mercados financieros no se mueven únicamente por datos, sino también por emociones, como pueden ser el miedo, la confianza, la euforia y la incertidumbre. Todas estas características psicológicas tienen una influencia muy marcada en los movimientos de la bolsa o del consumo de masas, por ejemplo.
Por ese motivo, en múltiples entrevistas Warren Buffett ha recomendado los libros La psicología de la persuasión de Robert Cialdini y Cómo ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie. Lejos de ser libros técnicos de Economía, estos títulos son manuales prácticos para entender cómo piensan y actúan las personas.
Una maratón, no una carrera
Las inversiones (y prácticamente cualquier cosa que tenga algún valor en esta vida) son un juego de largo plazo, no de corto. Buffett y Munger demostraron año tras año que el verdadero éxito no depende de dos o tres jugadas rápidas, sino que el tiempo es un componente importante en la fórmula.
La filosofía de Berkshire Hathaway, se basa en comprar empresas con un valor justificado y mantenerlas durante décadas, hasta que crezcan tanto que la inversión se haya multiplicado por sí misma. En sus mejores años, la empresa llegó a tener un rendimiento anual del 23%.
Aunque suena fácil, esto requiere una investigación profunda antes de la compra. En ocasiones el mismo Buffett ha llamado a las empresas para conocer sus libros y hasta a algunos de sus empleados antes de invertir. Es una mentalidad que ha generado fortunas inmensas a lo largo de los años.
Salirse de la ecuación
Alexander Elder, psiquiatra y autor de Vivir del trading, advierte en su best-seller sobre el peligro del «trading emocional», que se basa en impulsos en lugar de en análisis. La falta de control emocional, como la persecución de las pérdidas, lleva a pésimas decisiones, tanto en el mercado financiero como en cualquier otro ámbito.
Tener autocontrol y disciplina es fundamental en todos los aspectos de la vida. Una persona que toma decisiones basadas en la razón y no en el miedo o la euforia suele obtener, casi por definición, mejores resultados.
Curiosamente, este principio no solamente aplica a los negocios, sino al trato con los demás. Ya sea en una discusión con un socio, en la resolución de un conflicto familiar o en la gestión de un proyecto, aplazar las acciones para poder proceder con la cabeza fría puede marcar una diferencia.