Publicado: marzo 18, 2025, 10:30 am
Antes de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca hablar públicamente del reparto de tierra ucranianas en un futuro acuerdo de paz era un tabú. O por lo menos lo era hacerlo públicamente. Desde hace semanas el presidente estadounidense lo ha roto, y habla sin tapujos ante la prensa de las discusiones que ya ha tenido con Ucrania y Rusia sobre qué territorio acabará en manos de la Federación Rusa en un futuro plan de paz, incluida una «central energética» que todavía se está valorando quién se quedará. Estas cuestiones serán el elemento principal de la llamada que este martes, entre las 16.00 y las 18.00 hora local rusa (13.00 y 15.00 GMT), mantendrán Trump y Putin, con la que Washington tratará de convencer a un Kremlin todavía escéptico ante la iniciativa de alto el fuego que Kiev aceptó la semana pasada.
«Creo que nos va bastante bien con Rusia. Veremos si tenemos algo que anunciar», declaró en la noche del domingo Trump a bordo del Air Force One, el avión del presidente, durante su viaje de vuelta a Washington. Asimismo, el mandatario afirmó que hay «muchas posibilidades» de llegar a un acuerdo, puesto que «se ha trabajado mucho durante el fin de semana» para «poner fin a la guerra». Al ser preguntado sobre qué concesiones pediría Putin para llegar a un acuerdo, el inquilino de la Casa Blanca ha afirmado que gran parte de la conversación tratará sobre el territorio: «Hablaremos de tierras, hablaremos de plantas de energía», ha dicho en referencia a la central de Zaporiyia, en manos rusas desde que inició la invasión de Ucrania en 2022.
Por su parte, el Kremlin también confirmó en la tarde del lunes la reunión para tratar la iniciativa de Washington de un alto el fuego parcial de 30 días. «La conversación está siendo preparada para el martes», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax. Sobre las declaraciones de Trump, Peskov ha asegurado que «nunca se adelantan a los acontecimientos». «La conversación está siendo preparada, pero creemos que la misma no es objeto de discusiones previas«, ha dicho.
Mientras tanto, en Ucrania, el presidente, Volodímir Zelenski, ha dicho estar listo para aceptar de inmediato el plan propuesto por Washington y ha instado en los últimos días a Putin a aceptarlo, pidiendo consecuencias contra el Kremlin por parte de EEUU si finalmente el Gobierno ruso se niega. De hecho, este mismo lunes el mandatario ucraniano aseguró durante una llamada telefónica con el presidente argentino, Javier Milei, que «Rusia está poniendo condiciones y, de hecho, rechazando esta propuesta». Por el momento, el presidente ruso se ha limitado ha decir que está a favor de acabar la guerra pero se mostró reticente porque el plan de Washington todavía no aborda «las causas profundas del conflicto», un término empleado en otras ocasiones para describir la influencia de la OTAN sobre Ucrania.
El viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, ha pedido este lunes en una entrevista al periódico Izvestia que la exclusión de Ucrania de la OTAN esté en el acuerdo de paz: «Exigiremos que este acuerdo incluya garantías de seguridad férreas porque solo a través de su formación será posible lograr una paz duradera en Ucrania y fortalecer la seguridad regional en general». «Parte de estas garantías debería ser el estatus neutral de Ucrania y la negativa de los países de la OTAN a aceptarla como miembro de la alianza. De hecho, fue precisamente esta disposición la que quedó registrada en los borradores de dichos acuerdos», ha relatado el diplomático ruso.
Otro de los elementos que Rusia pide incluir en un acuerdo es que no haya países de la OTAN en una futura misión de paz, un anuncio que han hecho varios países europeos, como Reino Unido y Francia. «No nos importa en absoluto bajo qué etiqueta se puedan desplegar los contingentes de la OTAN en el territorio de Ucrania: ya sea la Unión Europea, la OTAN o a título nacional. En cualquier caso, si aparecen allí significa que están siendo desplegados en una zona de conflicto, con todas las consecuencias que ello implica para estos contingentes como partes en el conflicto«, ha dicho el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Así, ha considerado que «el mero hecho de hablar de mantenimiento de la paz es un intento de poner el carro delante de los caballos». «La cuestión de algún tipo de apoyo internacional al acuerdo solo podrá abordarse una vez que este se haya elaborado», ha dicho, antes de añadir que «por ahora es solo una pérdida de tiempo».