Publicado: marzo 7, 2025, 3:31 pm
Minutos después de proclamarse campeona de Europa de atletismo en triple salto, Ana Peleteiro apenas pudo aguantar un vendaval de emociones encontradas. Por supuesto, estaba alegre por su nuevo éxito deportivo, pero ni pudo ni quiso seguir escondiendo sus sentimientos ante los periodistas españoles presentes en Apeldoorn (Países Bajos). «Este oro sabe a amor y sacrificio», podría ser la frase que resume el pensar de la atleta gallega. Pero, al borde del llanto, dijo más. Mucho más. Y mucho más sorprendente y grave: «Ha sido un mes muy chungo, sobre todo estos últimos días. La Federación lo sabe, hace tres días recibí una información con amenazas, coacciones y mil movidas de alguien que yo apreciaba mucho. Nunca es plato de buen gusto y duele bastante». «Jamás me había sentido tan baja. Si no llega a ser porque hice terapia hace dos días, no hubiese podido competir aquí», abundó. Y añadió: «A pesar de que siempre me entierran cada dos por tres, soy un poco el ave fénix, me gusta resurgir de entre las cenizas. De las cenizas de otros, porque yo estoy en un jardín lleno de flores y encantada de la vida. Aunque siempre me quieran pisar, hundir y acabar conmigo, gracias a todo el colchón que me rodea salgo más fuerte que la vez anterior». En cuanto al plano meramente deportivo, reconoce que se llevó un pequeño susto cuando la rumana Ion saltó muy lejos: «Pues sí, la verdad, porque yo ya estaba celebrando y pensé: ‘Me cago en la mar’. Pero bueno, estaba lista para hacer un sexto. Luego, ya cuando vi que era 14,31 (Peleteiro tenía 14,37), lo quise disfrutar. Cuando vi que hice nulo, entre que tengo la rodilla pichí pichá y que estuve toda la competición sintiéndome el isquio, pues me dejé un poco llevar. Pero para la semana que llevo, que estuve con una gripe, más la rodilla y todos los monstruos que siempre andan por ahí gritándome… A veces siento que me tengo que cerrar en un búnker para que nada me entre la cabeza. Pero bueno, tampoco soy de hierro».