Publicado: marzo 7, 2025, 12:30 pm
«Vamos a conseguir Groenlandia de un modo u otro» , es una de las frases que Donald Trump ha marcado a fuego en su agenda. Su interés por la isla no es ninguna novedad y lleva dejando caer sus amenazas desde principios de año. Sin embargo, Groenlandia, conocida por sus paisajes helados y sus auroras boreales hipnóticas no se deja doblegar. Y esta llamada de atención le ha servido a Dinamarca, que tutoriza la zona, para reforzar su seguridad frente a cualquier pretensión a futuro. Mientras permanece más atenta a la creciente presencia de agentes extranjeros en sus proximidades. Las razones económicas, la alargada sombra de China o el deshielo de la región ártica han acelerado las ambiciones estratégicas y su posicionamiento a futuro están detrás de este renovado interés. Especialmente para un EE.UU. liderado por un magnate del que nunca se sabe qué esperar y que la prensa estadounidense recuerda que «no tiene intereses aislacionistas, sino expansionistas. Para ‘The New York Times’ una muestra de que Trump no va de farol, es que junto al nombramiento de un nuevo embajador en Dinamarca, que controla la defensa y los asuntos exteriores de Groenlandia, también dijera que tiene pensado hacer una oferta que no serÃan capaces de rechazar. Y en las redes señalaba: «Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo Estados Unidos de América considera que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta». A esto se une que Groenlandia cuenta con tierras raras y recursos como uranio, oro o zinc y petróleo. Asimismo, resulta clave por su posición estratégica para ejercer influencia sobre una región, donde Rusia tiene una posición de ventaja y China quiere implantar la Ruta de la Seda Polar. Además, los americanos podrÃan desplegar misiles sin el apoyo de ningún socio europeo y podrÃa prescindir de sus bases en Alemania. «En el noroeste de Groenlandia, cerca de la ciudad de Qaanaaq, está situada la base aérea norteamericana de Thule, que se utiliza, entre otras cosas, para proteger a los estadounidenses contra ataques con misiles utilizando un sistema de radar avanzado», ha declarado Martin Breum, autor de ‘La balada de Groenlandia’. Y este lugar serÃa la garantÃa del funcionamiento de un sistema de alerta de ataques con misiles y la recepción de datos desde el espacio. Asimismo, las rutas de vuelo más cortas de los misiles balÃsticos pasan por esta zona . Por ello, el control sobre este territorio es clave para la seguridad global. Al fin y al cabo hablamos de la mayor isla del mundo con 57.500 habitantes  es un territorio autónomo que Dinamarca ha gobernado durante más de 200 años y sobre el que sigue ejerciendo responsabilidades en materia de Exteriores y Defensa. Según groenlandia.com el 87% de la población de la isla es indÃgena, de ascendencia diversa aunque básicamente inuit , mientras que el resto procede mayormente de Dinamarca, aunque el porcentaje de daneses residentes se ha visto disminuido desde los años 80. Fue el 25 de noviembre de 2008 cuando el parlamento amplió su estatuto de autonomÃa, otorgándole mayores recursos económicos y control sobre sus propios recursos, dejando en ‘stand by’ el derecho de autodeterminación. Si bien sigue perteneciendo al Reino de Dinamarca, para finales de la década podrÃan proclamar su independencia completa de la corona y formar un nuevo estado. El deseo de Trump por Groenlandia se remonta a su primer mandato, pero topó con el rechazo de plano de los daneses. Y antes que él, ya Harry S. Truman, después de la Segunda Guerra Mundial mostró interés por la zona. Marc Jacobsen, profesor asociado del Real Colegio Danés de Defensa, ha señalado a la prensa que dados los deseos de independencia groenlandeses, puede que esta sea una oportunidad para que Groenlandia estreche lazos con Estados Unidos en detrimento de Dinamarca y acelere su independencia. No obstante, desde el principio, la respuesta, por parte de Groenlandia, a las intenciones del magnate estadounidense no se han hecho esperar. «No estamos en venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra larga lucha por la libertad» , ha dicho el primer ministro Mute B. Egede en un comunicado. «Groenlandia es nuestra», sentencia. Al tiempo que los daneses llevan a cabo un rearme masivo. «Es la situación más peligrosa que atraviesa Dinamarca en su existencia . Es peor que durante la Guerra FrÃa», dijo la primera ministra, Mette Frederiksen, para justificar el fondo adicional en defensa de 7.000 millones de euros. Trump por su parte, pese a estas reacciones, no tiene pensado rebajar la presión sobre los actores en la zona. En este contexto, podemos recordar que cuando Rusia invadió Ucrania, dijo que la operación de Putin era «un acto de genialidad». Y para ‘The New York Times’ las declaraciones de Trump reflejan los instintos de un promotor inmobiliario. A lo que se añade la táctica de usar la polÃtica para alcanzar, ante todo, sus intereses económicos.