Publicado: marzo 6, 2025, 12:30 pm
El trono del Crisantemo no puede heredarlo una mujer. Bajo esa ley sálica, vigente desde el final de Segunda Guerra Mundial y para la que se formularon multitud de requerimientos a principios de milenio con tal de que la tradición continuase —habida cuenta del machismo estructural en la sociedad japonesa—, la familia imperial de Japón estuvo bastantes años en un tremendo brete: el actual emperador, Naruhito, solo había tenido una hija, la princesa Aiko, con su esposa, Masako; mientras que el siguiente en la línea sucesoria, Fumihito, hermano de Naruhito, solo había tenido dos hijas, las princesas Mako y Kako.
Tal era la situación, que en 2004 se llegó a configurar un consejo de expertos en la Ley de la Casa Imperial para debatir el futuro sucesorio, aunque sus soluciones pasaban antes porque los hombres de la familia imperial pudieran adoptar niños varones que tuvieran sangre real de alguna rama, aunque lejana, de su árbol genealógico antes que permitir a una mujer (volver a, dado que sí lo fueron en el pasado) ser emperatriz de Japón.
Pero entonces en 2006 vino al mundo el príncipe Hisahito, hijo de Fumihito y de su esposa, la princesa Kiko, convirtiéndose en el segundo en la línea de sucesión al trono. Hisahito se ha enfrentado toda su vida a una cantidad exacerbada de rumores, casi todos enfocados en la misma idea: al nacer doce años después de su hermana inmediatamente superior y sin fotografías de su madre embarazada, se ha especulado en repetidas ocasiones con la idea de que el príncipe no es hijo natural de sus padres, o bien naciendo por fecundación in vitro, por adopción o por vientre de alquiler.
Sea como fuere, el joven cumplía la mayoría de edad el pasado septiembre, siendo el primer miembro varón de la familia imperial en hacerlo desde que su padre soplase 18 velas en noviembre de 1985, y ahora debe comenzar a ganarse la opinión del pueblo japonés, que según una encuesta reciente, estaría, con casi el 90% de los votos a favor, de eliminar la ley sálica. «Estabilizar el número de miembros de la familia imperial es una cuestión particularmente urgente», ha llegado a decir el primer ministro conservador Shigeru Ishiba, a pesar de los desacuerdos de su partido con la ONU tras un informe de su Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer.
De ahí que haya sido muy seguida la primera rueda de prensa en solitario de Hisahito, la cual ha tenido lugar en Akasaka, la Casa de Invitados del Estado, que se encuentra en Tokio —y que es una de las dos residencias del gobierno nipón—. En ella, además, no ha dudado en despejar dudas sobre su papel en el organigrama familiar como heredero, así como ha dado algunas pinceladas sobre cuáles son los planes que tiene en mente para su futuro próximo.
Según han dado a conocer desde el medio Kyodo News, en declaraciones recogidas por Vanity Fair, el royal nipón ha afirmado que de vital «importancia» que la familia imperial «preste atención a las vidas de la gente y al estado de la sociedad» en la que rige. «Como joven miembro de la familia imperial, tengo la firme decisión de desempeñar mi papel», ha añadido Hisahito, algo aún más indispensable teniendo en cuenta que cada vez que una mujer de la dinastía se casa con un plebeyo pierde su estatus real
Asimismo, no ha tenido reparos en hablar, a pesar de su corta edad y de ser su primera interacción a solas con la prensa, de su vida amorosa, puntualizando que no tiene por el momento intención de casarse —amén de que no se le conoce relación alguna—. «Todavía no he pensado demasiado ni en el momento o ni en la pareja ideal para hacerlo», ha recalcado el príncipe.
Eso sí, en las redes existe una corriente que le une sentimentalmente desde hace tiempo a una estrella local, la actriz y cantante Mana Ashida, sin ninguna prueba más allá de que la familia imperial le pidió que leyera en la ceremonia de coronación de Naruhito en 2019, por lo que algunos entienden que con ello la «elegían» para ser la prometida del joven príncipe y así, ni más ni menos, que «mejorar genéticamente» la belleza e inteligencia de los herederos, habida cuenta de que son dos de los rasgos característicos de Ashida.
No es la primera polémica del príncipe. A pesar de que, en un gesto para acercar la realeza al pueblo, Hisahito ha estudiado en un colegio público diurno —en vez de en Gakushuin, la tradicional escuela de la aristocracia nipona—, en 2022 se vio sometido a un escrutinio por parte de la prensa, aunque más la internacional que la local, después de que se descubriese un plagio en un escrito que realizó con 15 años sobre su visita a las islas Ogasawara —un remotísimo archipiélago casi desconocido y deshabitado, tildado de paraíso natural, al sur de Japón— y que había quedado en segundo lugar en un certamen literario.
El texto contenía frases copiadas de una guía turística y hubo medios que tildaron de «copia y pega» la labor del príncipe. Aunque los medios japoneses prefirieron pasar más por alto el tema, un portavoz de la familia imperial aseguró que Hisahito subsanaría su error añadiendo la bibliografía correspondiente. Por otro lado, era en cierta manera lógico que se decantara por un paraíso natural, habida cuenta de la pasión que hay por la naturaleza en su familia.
Si su abuelo, el emperador emérito Akihito, era experto en ictiología, el estudio de los peces, y su padre en la avicultura, el príncipe se ha decantado por la entomología. De hecho, en la citada rueda de prensa ha hablado sobre cómo el próximo mes de abril comenzará a cursar la carrera de Biología en la Universidad de Tsukuba. «Me fascinan los insectos desde hace tiempo, especialmente las libélulas, y espero poder estudiarlos a fondo. Quiero dedicarme de lleno a mis estudios, sin dejar por ello de participar en actividades extracurriculares», ha declarado quien se sentará en el futuro en el Trono del Crisantemo.