Publicado: marzo 2, 2025, 11:10 pm
La vía más directa para ganarse el favor del hombre más poderoso es regalarle la oreja. Donald Trump toma nota de quién le alaba y con qué grado de obsequiosidad. Y no hay adulación demasiado ostentosa para el presidente de EE.UU. La vanidad es el combustible de casi cualquier político y Trump –aunque diga no serlo– la ha llevado a niveles desconocidos en su franqueza. De forma habitual, se califica como el «segundo mejor presidente de la historia de EE.UU.». Solo permite que le supere, por ahora, Abraham Lincoln . El líder revolucionario que derrotó a los británicos y prefirió no ser rey y retirarse a su finca, George Washington, está por detrás. Igual que Thomas Jefferson, otro de los… Ver Más