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Trump y la Reserva Federal

Publicado: febrero 25, 2025, 3:00 am

Donald Trump y López Obrador comparten el libreto de los autócratas. Un rasgo característico es su afán centralista de querer controlar todo, de ejercer un poder omnipresente y autoritario. Así como AMLO propuso la desaparición de los organismos constitucionales autónomos, la semana pasada Trump emitió una Orden Ejecutiva (OE) que busca ejercer mayor control sobre las agencias gubernamentales independientes. Trump pretende, con esa OE, que la Casa Blanca revise, por ejemplo, todas las regulaciones de la Securities and Exchange Commission (SEC, el regulador financiero), de la Comisión de Comercio (Federal Trade Commission) y varias otras agencias con poderes autónomos para determinar todo, desde rutas de navegación hasta plantas de energía nuclear.

Los organismos autónomos fueron creados por ley para permitir que el gobierno pudiera ejercer de manera más eficiente y con base en decisiones técnicas algunas funciones, como la regulación de los mercados financieros y la supervisión de elecciones sin involucramiento presidencial directo.

Las agencias federales deben entregar sus propuestas de regulaciones a la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), que es parte de la Casa Blanca. En los años ochenta se pensó incluir a las agencias autónomas para que se plegaran al mismo requisito, pero el presidente Reagan decidió en contra. Ahora, funcionarios de Trump han expresado que las agencias independientes ejercen “un enorme poder sobre el pueblo estadounidense sin supervisión presidencial”. En particular, la SEC “emite normas y reglamentos que cuestan miles de millones de dólares e implican algunas de las cuestiones políticas más controvertidas”.

En principio, la OE también abarca a la Reserva Federal (FED), pero la administración Trump ha dicho, por lo pronto, que no interferirá directamente con la función del FED de fijar las tasas de interés. Sin embargo, funcionarios del banco central han expresado su preocupación de que todas las demás responsabilidades, incluido el ejercicio del presupuesto y las funciones regulatorias financieras, están sobre la mesa para ser controladas por el Presidente. Eventualmente, querrá influir en la política monetaria. Hay que agregar una animadversión personal de Trump hacia Powell, el presidente del FED, ya que en 2018 trató de despedirlo.

El FED, desde su fundación en 1913, nació con autonomía y con un mandato dual de lograr la estabilidad de precios y promover el máximo empleo posible. La principal crítica es que ambos objetivos pueden ser contradictorios e imposibles de promover simultáneamente. Lo ideal es tener el objetivo único de controlar la inflación.

Trump preferiría que el banco central no fuese autónomo para tener el control absoluto. Está por demás señalar que un FED con creciente interferencia gubernamental haría evidente la incompatibilidad entre los objetivos fiscal y monetario, y se desataría una crisis financiera y económica.

Por fortuna, en México hasta ahora no ha habido cuestionamientos serios para quitarle la autonomía al Banco de México o dotarlo de un mandato dual. Pero no hay que bajar la guardia; siempre puede surgir un “genio” de la 4T que piense que un banco central independiente y con el objetivo único de la estabilidad de precios es una reminiscencia “conservadora y neoliberal”.

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