Publicado: febrero 22, 2025, 6:40 am
El desarrollo de la vacuna del coronavirus fue clave para contener la pandemia que asoló el mundo desde finales de 2019 y que causó la muerte de entre 7 y 33 millones de personas (según quien las cuente).
Pero ahora, un estudio de la Universidad de Yale (EEUU) revela que estas vacunas pueden haber provocado una constelación de efectos secundarios que incluyen fatiga, intolerancia al ejercicio, confusión mental, tinnitus y mareos, a los que en conjunto se denomina ‘síndrome posvacunación’.
Tal y como recoge el New York Times, la investigación revela que algunas personas con este síndrome parecen mostrar cambios biológicos distintivos, entre ellos diferencias en las células inmunes, el despertar de un virus latente llamado Epstein-Barr y la persistencia de una proteína de coronavirus en su sangre.
El estudio fue publicado en línea el miércoles y aún no ha sido publicado en una revista científica. «Quiero enfatizar que esto todavía es un trabajo en progreso», dijo al New York Times Akiko Iwasaki, la inmunóloga de la Universidad de Yale que dirigió el trabajo.
«Este estudio no ha determinado qué es lo que enferma a la gente», afirma Iwasaki, «pero es una primera muestra de lo que puede estar sucediendo en estas personas».
Aunque expertos independientes han señalado que los hallazgos del estudio de Yale no son concluyentes por sí solos, los resultados, elaborados por un equipo científico conocido por su riguroso trabajo, sugieren que el síndrome posvacunación merece un análisis más profundo, sostienen.
«Uno de los aspectos más importantes es que se nos preste atención para arrojar luz sobre este tema y tratar de entender exactamente de qué se trata», dijo al Times John Wherry, director del Instituto de Inmunología de la Universidad de Pensilvania. Wherry ha colaborado anteriormente con el equipo de Iwasaki, pero no participó en este trabajo.
Así se realizó el estudio
Entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023, la doctora Iwasaki y su equipo recogieron muestras de sangre de 42 personas con síndrome posvacunación y de 22 personas sanas sin él. Los investigadores descubrieron que las personas con el síndrome tenían, en general, peor salud que el estadounidense promedio.
Cuando analizaron los componentes del sistema inmunológico, los que padecían el síndrome posvacunación tenían proporciones diferentes de algunas células inmunitarias, en comparación con los controles. No está claro qué podrían significar estas diferencias; los investigadores no las relacionaron con síntomas individuales.
Debido a que los síntomas reportados por las personas con síndrome posvacunación muestran una superposición considerable con los del Covid prolongado, los investigadores también analizaron sangre de 134 personas con Covid prolongado y 134 controles sanos.
Al igual que las personas con Covid prolongado, quienes presentaron síndrome posvacunación mostraron una reactivación del virus de Epstein-Barr, un virus que puede permanecer latente en el cuerpo y está relacionado con la mononucleosis, la esclerosis múltiple y otras afecciones.
Se cree que algunos casos de Covid prolongado son resultado de la persistencia de la proteína de pico del coronavirus, lo que provoca un mayor estado de inflamación en el cuerpo.
La doctora Iwasaki y su equipo descubrieron que las personas con síndrome posvacunación tenían niveles plasmáticos significativamente más altos de la proteína de pico del coronavirus que todos los demás, incluidos aquellos con Covid prolongado, entre 26 y 709 días después de recibir la vacuna.
Iwasaki dijo que era poco probable que las vacunas de ARNm fueran la fuente de la proteína tanto tiempo después de que se administraran las inyecciones. «Algo más está permitiendo este tipo de expresión de fase tardía de la proteína de pico, y realmente no sabemos qué es», concluye.