Publicado: febrero 11, 2025, 1:53 pm
El colectivo de trabajadores que más va a notar en sus nóminas la decisión de Hacienda de tributar por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2025 va a ser el de los jóvenes , quienes precisamente peor lo están pasando por las estrecheces de unos sueldos ya de por sí diezmados por el coste de la vida diaria. La obligación de pagar el Impuesto de la Renta (IRPF) por los 50 euros que les va a subir su remuneración afectará especialmente a los contribuyentes solteros y sin hijos, tal y como ya advirtió en su día el comité de expertos designado por el Ministerio de Trabajo para evaluar la subida del SMI. El grupo ya adelantó en su informe presentado en enero que una eventual no adaptación al nuevo salario mínimo del umbral de renta a partir del cual se activa la obligación de retener tendría consecuencias fiscales al menos sobre un quinta parte de sus perceptores . Ese porcentaje se corresponde con unos 540.000 asalariados de los más de 2,7 millones de ciudadanos que están en el SMI y responde a un perfil concreto: el de un trabajador soltero y sin descendientes, al que se le aplica un mínimo personal de 5.550 euros, el más bajo del impuesto. En estos casos, de la subida mensual de 50 euros (14 pagas) decretada por Trabajo solo llegarán a sus bolsillos algo más de 28 euros , ya que los cerca de 22 euros restantes irán a parar a las arcas de Hacienda en concepto de retención fiscal. Para el resto de perceptores del SMI el impacto será menor en virtud de sus circunstancias personales y familiares al incluir descendientes o ascendientes o personas con discapacidad. Según los ejemplos circulados ayer por Hacienda, un contribuyente con pareja y un hijo menor de tres años no estará sometido a ningún tipo de retención y por tanto recibirá la subida de forma íntegra. Por su parte, un contribuyente con pareja y con un hijo mayor de tres años estará sometido a una retención fiscal de 99 euros al año, lo que significará que la subida mensual que notará en su nómina será de 43 euros, no de los 50 prometidos por Trabajo. La medida anunciada por Hacienda ensanchará la brecha de los trabajadores más jóvenes, cuyos salarios suelen ser más bajos -los menores de 24 años cobraban, de media, 1.387 euros al mes en 2023, según el INE- en un contexto marcado por las dificultades a la hora de acceder a una vivienda de alquiler -hay comunidades en las que destinan hasta el 60% de su renta a pagar el arrendamiento- o conseguir independizarse -ahora lo hacen a los 30,4 años-. El informe de los expertos de Yolanda Díaz ya advertía a la ministra de una «importante repercusión en el coste salarial» de la actualización del Impuesto de la Renta para este colectivo, que cada vez incluye a un mayor número de perceptores. Incluso daban por asumido que, tras el incremento correspondiente a 2025, «el nuevo SMI sería objeto de retención». El vaticinio de los expertos se confirmó este martes. A los pocos minutos de finalizar el Consejo de Ministros, Hacienda empezó a circular un documento de posición que confirmaba que en esta ocasión no habría modificación alguna en el IRPF y justificaba la decisión en que «la mayoría de trabajadores que cobran el SMI seguirán sin tributar» y en que el Gobierno ya «aprobó la mayor rebaja fiscal para rentas bajas y medianas». El año pasado Hacienda ya arrastró los pies para elevar el umbral de renta que activa la obligación de retener en el IRPF hasta el nivel alcanzado por el SMI, que entonces fue de 15.876 euros. Para impedir que los perceptores del salario mínimo estuvieran sometidos a retención ese umbral tendría que haberse elevado ayer hasta los 16.576 euros , un nuevo reajuste que en esta ocasión ni Hacienda ni Presidencia del Gobierno han estado dispuestos a asumir. La decisión tendrá costes para los asalariados que se mueven en esa referencia salarial y reportará un buen pellizco a las arcas públicas . En muchos casos la subida mensual de 50 euros del salario mínimo se quedará en la mitad entre la retención y las cotizaciones imputables al trabajador, mientras que para las arcas públicas cada subida anual de 700 euros dejará en caja hasta 560 euros , entre las cotizaciones que deben abonar trabajador y empresa y las retenciones fiscales que se aplicarán a los perceptores, lo que hizo que el PP acusara ayer al Gobierno de hacer caja con la subida del salario mínimo.