Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Elecciones polarizadas en Ecuador

Publicado: febrero 10, 2025, 1:20 am

Bajo estrictas medidas de seguridad, Ecuador celebró este domingo unas elecciones muy polarizadas para elegir al presidente, vicepresidente, 151 representantes para la Asamblea Nacional y 5 para el Parlamento Andino entre 16 candidaturas políticas.

Más de 13,7 millones de ecuatorianos mayores de 18 años y menores de 65 años estaban obligados a concurrir a las urnas sino querían ser multados. El voto fue voluntario para los adolescentes de 16 y 17 años, los mayores de 65 años, las personas con discapacidad y los miembros de los cuerpos de seguridad. Casi 190.000 ecuatorianos estaban convocados para votar en 19 recintos distintos en España.

La capital se despertó con un gran dispositivo de seguridad de 2.700 policías que comenzaron a cerrar a las seis de la mañana las calles adyacentes a los colegios electorales. Helicópteros y drones vigilaban desde el aire en las terceras elecciones presidenciales de los últimos cuatro años.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que un total de 58.000 efectivos de la Policía Nacional fueron desplegados en todo el territorio nacional, vigilando los exteriores de los recintos electorales mientras 40.000 miembros de las Fuerzas Armadas, incluidos 1.800 reservistas, se encargaron de la seguridad dentro de los recintos. Las fronteras terrestres de Ecuador fueron cerradas durante cuarenta y ocho horas y reforzadas con un fuerte dispositivo militar.

En el Instituto Nacional Mejía, colegio público fundado en 1897, Daniela Alvarado, coordinadora del CNE, era la responsable de 14 mesas electorales para hombres y otras 14 para mujeres donde debían votar 14.392 electores (514 por mesa). «Cada mesa está formada por un presidente, dos vocales y un secretario y cada elector tiene que rellenar cuatro papeletas distintas», comentó. A sus 31 años ha participado en ocho consultas populares. «Nunca ha habido un incidente», aseguró.

Dos policías judiciales de civil vigilaban discretamente la entrada de los electores. En las manos llevaban las listas de personas que están en busca y captura. «Algunas personas no saben que tienen órdenes de captura por delitos como robos o crímenes. Un día como hoy se tienen que presentar porque es obligatorio votar y así hemos detenido a muchas personas», reveló uno de los agentes.

Cumandá Espinosa, auxiliar de enfermería de 60 años, era la primera en la fila minutos antes de que a las siete de la mañana se entonase el himno nacional y se abriese las puertas del recinto. «He llegado a las 6:15 porque tengo que ir a trabajar en cuanto vote. Estoy sorprendida porque no hay mucha gente esperando. En las elecciones de 2023 las filas eran muy largas», explicó la señora muy triste porque «mi país ha pasado de ser el paraíso al infierno en los últimos años».

Media hora después seguía a la espera de votar porque tres de las cuatro personas que componían su mesa electoral no habían llegado a la hora. Miraba nerviosa su reloj y se quejaba sin perder la sonrisa: «Me están esperando los ancianos a los que tengo que lavar». Finalmente, pudo votar con cuarenta minutos de retraso.

La comunicadora social Kelly Gualpa, de 26 años opinaba que «hay demasiadas candidaturas, pocas ideas para solucionar los graves problemas y, personalmente, no tengo confianza en nadie». Creía que habrá una segunda vuelta y no tenía duda de que «la corrupción de las instituciones públicas provoca que el país esté virando hacia un narcoestado».

A las ocho de la mañana el goteo de votantes era mínimo en uno de los colegios electorales más grandes de la capital ecuatoriana. Entre las personas que buscaban su mesa electoral destacaba tres monjas de clausura de la orden Carmelitas Descalzas. «Estamos obligadas a votar porque somos ciudadanas ecuatorianas», explicó la hermana Ángela María de Jesús Crucificado.

Cuando se le preguntó sobre la situación de violencia en el país, la hermana confesó que carecía de opinión y señaló que «lo único que puedo hacer es rezar mucho para que Nuestro Señor le dé la sabiduría necesaria al presidente para solucionar nuestros graves problemas». «¿O quizá a la presidenta?». «Yo rezo más por el presidente», respondió con una sonrisa en un largo pasillo donde había más soldados vigilando que votantes

La mayor parte de las candidaturas van a recibir porcentajes mínimos de votos. La contienda presidencial está dominada por el actual mandatario, Daniel Noboa, que se presenta a un mandato completo de cuatro años con «un programa de mano dura contra las bandas criminales» tras haber ganado las elecciones de octubre de 2023. El anterior presidente Guillermo Lasso convocó elecciones fuera de plazo para evitar su destitución y un juicio político por tolerar un presunto desfalco en una empresa estatal.

Y por Luisa González, candidata del izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana, vinculado a ex presidente Rafael Correa, que fue presidente de Ecuador durante diez años y que se encuentra exiliado en Bélgica después de ser condenado por la justicia ecuatoriana a ocho años de cárcel por pagos de sobornos. La única mujer que alcanzó presidencia del Ecuador fue Rosalía Arteaga Serrano en febrero de 1997 tras la destitución del presidente Abdala Bucaram por el Congreso Nacional, pero apenas duró dos días en el cargo.

Steven Cuñesz, de 19 años, fue uno de los electores más jóvenes. Llegó el día anterior de Sucumbios en la Amazonía peruana donde estudia Derecho en la universidad. «Soy residente en Quito y tengo que votar por obligación, pero me da igual quien gane porque nadie tiene propuestas coherentes», comentó el joven tras quejarse de vivir «en una zona caliente gobernada por sicarios y bandas criminales», que provocaron 159 muertes violentas en 2024, un 70% más que en el año anterior.

En algunas mesas de votación del colegio Simón Bolívar, el ritmo de la votación era también muy lento. Ni siquiera había alcanzado el 8% de los electores que era la media nacional a las 10 de la mañana, tres horas después de empezar la jornada electoral. «A las cinco de la tarde se cierra la puerta aunque hayan personas esperando. Es lo que dice la ley electoral», confirmó el presidente de una de las mesas.

La señora América Andino, de 96 años, entró a votar en silla de ruedas acompañada de su hija y se dirigió a una mesa electoral reservada para personas con movilidad reducida. «Sé que ya es tarde para mí, pero quiero votar por mi país», comentó con dificultades por culpa de una sordera avanzada.

Washington Borja, de 69 años, fue a votar aunque no estaba obligado. «Los ecuatorianos estamos hartos de la polarización y de los políticos corruptos y mentirosos. Vengo a votar entre el menos malo y el peor», admitió. «El péndulo derecha-izquierda es una treta para que este país se haya convertido en el paraíso del Robolucionario», expresó con contundencia e ironía.

Esperando su turno en una cola que avanzaba muy lentamente, Sebastián Almeida, de 47 años, licenciado en turismo, no era menos categórico: «Este país se ha convertido en un lavadero de dinero del narco y existen vinculaciones directas con los gobernantes, los militares y los jueces». Su receta: «Depurar responsabilidades al alto nivel en toda la estructura del estado».

Al preguntarle por la debacle del turismo comentó que muchos pequeños negocios habían tenido que cerrar por la caída de los ingresos, pero también por las llamadas «vacunas extorsivas» o los robos realizados por bandas criminales. La violencia y la inestabilidad política, según su opinión, estaba haciendo mucho daño al sector.

A la espera de los resultados electorales y de conocer si habrá segunda vuelta en abril, las cifras de homicidios no han hecho más crecer desde 2018 cuando el país sufría seis muertes violentas por cada 100.000 habitantes. En apenas cinco años, en 2023, la tasa se había multiplicado por casi ocho hasta sumar 47 crímenes por cada 100.000 habitantes. Aunque el año pasado la violencia descendió en un millar menos de muertos, 2025 ha empezado con récord absoluto.

Related Articles