Para ese viaje no hacían falta alforjas. La convicción de Donald Trump de que el problema palestino puede resolverse de un plumazo, desplazando a su población a otros países, parece olvidar entre otras cosas la realidad de la inmensa diáspora ya existente. Y recuerda la eterna cantinela del conflicto más viejo del planeta. «El problema de Oriente Próximo –viene a decir la máxima– consiste en que en un territorio pequeño del globo sobra un pueblo», en este caso el palestino. En el pasado, la salida de la población que hoy ocupa Israel y los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania ya había sido vista por muchos como la solución ideal. El presidente Trump ha sido sólo el último en plantearla… Ver Más