De los 21,8 millones de ocupados que hay en España, más de tres millones tienen un trabajo a tiempo parcial . Por primera vez en la historia, el mercado laboral supera esta cota, que revela cómo una buena parte de los ciudadanos tienen un puesto al que acuden menos de ocho horas al día , con las consecuencias que ello tiene para su salario, más mermado, y una estabilidad económica doméstica precaria. A pesar del crecimiento en la creación de empleo y la reducción del paro de 2024, casi el 15% de los empleados tienen un puesto de trabajo con el que no llegan a la jornada completa, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Este colectivo ha aumentado en 178.000 personas en los 12 últimos meses , consolidando una realidad laboral cada vez más habitual justo en un momento en el que el Gobierno está planteando la reducción de jornada de las 40 a las 37,5 horas semanales . El salto que ha dado este colectivo de trabajadores a tiempo parcial consolida una tendencia que venía registrándose desde la crisis de la pandemia y que se aceleró tras la puesta en marcha de la reforma laboral a principios de 2022. Desde entonces, esta modalidad de contratación se ha ido extendiendo en detrimento de la jornada completa. El año pasado, mientras que el empleo a 40 horas disminuyó en 230.200 personas , las contrataciones por menos tiempo a esa referencia aumentaron en 265.000. Además, se da la circunstancia de que la mayor parte de esos ciudadanos que se encuentran contratados durante unas horas al día no lo hacen por voluntad propia , sino porque no encuentran un trabajo acorde a sus necesidades. En concreto, 1,3 millones españoles (un 42% de todos los ocupados a tiempo parcial) admiten en la EPA que no les queda otra alternativa a la que aferrarse. La segunda causa, de lejos, por la que un ciudadano opta por estos contratos de duración inferior a la estándar es por formación (419.000, un 13%), o por atender necesidades familiares (412.000). La otra realidad que se va imponiendo es la de los ciudadanos que tienen más de un trabajo para poder llegar a fin de mes. El número de empleados con un puesto secundario ha repuntado en 2024 hasta 582.000. Se trata de una de las cifras más elevadas que ha proporcionado el INE en los tres últimos años, sobre todo desde que la crisis de inflación impulsara a una buena parte de los españoles a añadir más trabajos en su día a día. Estas sombras que acechan al mercado laboral contrastan con los datos generales que ha revelado la última EPA de 2024. El mercado laboral ha conseguido cerrar un año tirando del empleo al contabilizarse 468.100 nuevos puestos de trabajo, lo que eleva el número de ocupados hasta las 21,8 millones de personas. Aunque en la segunda mitad del año, el ritmo al que se han ido creando puestos de trabajo se ha ralentizado notablemente una vez superado el tirón del verano. Así lo explican desde Asempleo, organización que alerta por el hecho de que la economía «se acerca hacia su límite de creación de nuevos puestos de trabajo, ya que la dinámica de aumento del empleo se sigue moderando trimestre a trimestre». Aunque el crecimiento de puestos de trabajo ha sido relevante, con un alza superior al 2%, el ritmo laboral se ha visto minimizado en el último año si se comparan los datos con los de 2023, cuando se activaron más de 700.000 empleos en un entorno mucho más complejo de tipos al alza e inflación. Asempleo también avisa de que el paro en los jóvenes (24,9%) «sigue siendo un dato insostenible para una economía como la española, sobre todo si esta se acera a su punto máximo de creación de nuevos puestos de trabajo». Las cifras de la EPA muestran una disminución del paro de 265.300 personas durante todo 2024. La tasa de paro se ha reducido hasta el 10,6% de la población activa. Entre octubre y diciembre del año pasado, el número de parados se redujo en 158.600 personas, situándose por debajo de los 2,6 millones de trabajadores, la cifra más baja desde el verano de 2008. Una parte de esta reducción de la tasa de desempleo se explica por la caída en la población activa. A pesar del buen comportamiento del empleo en términos generales, hay dos sectores de actividad que han visto reducida la tasa de ocupación de forma considerable: las empleadas de hogar y la agricultura. Entre ambos colectivos se han dejado casi 100.000 puestos de trabajo. Tal y como sostiene ATA desde hace meses, la combinación de más cotizaciones sociales junto a las continuas subidas del salario mínimo interprofesional les afecta de forma directa. En el caso de las empleadas de hogar, la ocupación ha caído en más de 30.000 personas durante los últimos 12 meses, mientras que en todo el sector agrario se han perdido más de 57.000 puestos de trabajo.