Los descubrió el personal de limpieza del hotel: un fajo de documentos olvidados en la caja de seguridad de una sala de reuniones que fue entregado en la recepción. Sin sospechar la importancia de los documentos ni el requisito especial de confidencialidad que recaía sobre ellos, el personal de recepción intentó contactar con varios clientes que podían ser los propietarios. Pero, debido precisamente a que se trataba de documentos clasificados, los funcionarios suecos contactados por el hotel no conocían ni los documentos ni su contenido, por lo que se desentendían del asunto. Las preguntas de los solícitos recepcionistas, sin embargo, despertaron preguntas en el Ministerio de Defensa, que llegó a sus propias conclusiones. El asesor de seguridad nacional Henrik Landerholm… Ver Más