El fantasma de los 100 euros el megavatio hora (€/MWh) recorre de nuevo España. El mercado mayorista lleva disparado desde el pasado mes de diciembre, y aunque los expertos dicen que la primavera tendrá menos costes, la realidad es que estos vaivenes siguen afectando a los consumidores. Sobre todo, a aquellos que están en el mercado regulado (PVPC), de los que todavía quedan más ocho millones. Esos precios mayoristas se reflejan en la factura , aunque existen fórmulas para conseguir atenuar el impacto. Se trata de alternativas energéticas con soluciones a corto y largo plazo para ahorrar y, a su vez, impulsar la descarbonización. Ante esta situación de inestabilidad de precios es imprescindible trazar nuevas líneas de ahorro que ayuden a mitigar el impacto económico. Explorar opciones de eficiencia energética y fuentes de energía renovable puede ser una medida inteligente para contrarrestar el posible aumento de la factura. Por ello, los expertos de la empresa renovable SotySolar proponen soluciones alternativas: como optar por electrodomésticos en ‘modo ECO’ o reducir la potencia contratada o cambiar de proveedor directamente. Asimismo, recomiendan negociar un precio fijo con la compañía eléctrica. Se trata de una estrategia de blindaje frente a los posibles vaivenes del mercado, es conveniente negociar un precio estable entre los 0,15 €/kWh y los 0,20 €/kWh que se mantenga en el tiempo. El autoconsumo ha demostrado ser una solución perfecta que genera un importante ahorro en los hogares. De entre los diferentes tipos de proyectos que se pueden realizar en las comunidades de vecinos, dos terceras partes fueron instalaciones individuales en pisos, según datos de la energética Samara . Según explican desde la esta compañía, la inversión inicial para las instalaciones individuales cerró 2024 en 5.672 euros, un 18% menos que en la primera mitad del año, mientras el tamaño de las instalaciones se mantiene estable (algo más de 8 paneles de media). Además, si tenemos en cuenta la vida útil estimada de los paneles solares, los españoles que instalaron disfrutarán de casi 18 años de ahorro neto ya que este tipo de instalaciones se amortizan en unos 7 años. Mientras que la OCU cifra en un 13% el encarecimiento de la factura de la luz previsto para 2025, arrastrado por la subida del IVA y los costes fijos de la factura, «la instalación de paneles solares ha permitido a muchos propietarios de pisos abaratar su factura de la electricidad un 83% de media, unos 780 euros al año, y vemos como cada año este porcentaje va en aumento», señalan desde Samara. Otra opción son las instalaciones colectivas . Existen otras dos tipologías de instalaciones en comunidades, los proyectos para zonas comunes, que implican una inversión de 515 euros por propietario y un ahorro para la factura comunitaria del 71% del importe total (2.981 euros al año), y las instalaciones colectivas, que suponen una inversión media por vecino de 1.722 euros y un ahorro individual del 65% de la factura (763 euros al año). Los clientes pueden hacer poco para enfrentarse a este tipo de situaciones de volatilidad de precios a corto plazo. Cambiarse de tarifa, ya sea a la tarifa regulada (PVPC) o la tarifa libre, puede tardar algunos días. Además, se ha comprobado en los últimos meses que ambos modelos tienen cosas buenas y malas. La solución puede pasar por una tercera vía : las tarifas indexadas, que están dentro del mercado libre. Con los altos precios vividos en 2022, muchos hogares decidieron contratar tarifas fijas para tener más estabilidad ante la volatilidad de precio que arrojaba el mercado. Sin embargo, «el contexto ha cambiado de manera importante», señalan desde la comercializadora eléctrica Chippio . Explican que una de las soluciones para tener lo mejor de ambos mercados es «optar por tarifas indexadas para aprovechar los bajos precios para ahorrar en la factura de la luz, además de aprovechar la generación renovable y ser más sostenibles en el consumo». Las fórmulas fijas ofrecen precios delimitados por contrato y sin tener en cuenta el precio de generación de la energía. Por otro lado, la tarifa regulada (PVPC), ofertada desde 2014 para ofrecer un servicio a precio de mercado diario, ha incorporado un componente fijo en su cálculo a través del mercado de futuros. Esta medida tomada para reducir la volatilidad de precios que tanto afectó a los consumidores durante la crisis de precios de 2022, ha sido contraproducente debido a los bajos precios del mercado diario en la primavera del año pasado. Esto provocó que esta fórmula se encareciese un 10% en enero frente al antiguo cálculo fijado solo al precio diario. El problema, según explican desde Chippio, es que ninguna de las dos tarifas recoge en estos momentos el beneficio en la factura cuando bajan los precios, pero si hay subidas, sí se ve reflejado.