Lo más difícil parece que ya lo han hecho: sobrevivir a una guerra que dejó medio millón de muertos y más de seis millones de refugiados; sobrevivir en otro país, donde no comparten el idioma, y donde tampoco han tenido facilidades para encontrar trabajo o incluso ir a la escuela; y sobrevivir para al fin, poder regresar. Estamos en la provincia de Gaziantep, en el paso fronterizo entre Siria y Turquía de Öncüpınar. Por este cruce ya han pasado miles de familias que vivieron la caída del régimen de Bashar Al Assad como la mayor alegría de sus vidas. Los camiones, coches, autobuses y hasta carretillas se agolpan en el paso fronterizo llenos hasta los topes. Muebles, colchones, alfombras, ropa…… Ver Más