«Hay dos clases de locos: Los que se creen Napoleón y los que piensan que pueden sanear los ferrocarriles del Estado». Con esta ironía, repetida en innumerables ocasiones por Giulio Andreotti -exprimer ministro italiano hasta en siete ocasiones-, se aludía a la complejidad de gestionar el sistema ferroviario en Italia . Hoy, esta sentencia resulta más vigente que nunca ante el caos que se extiende por las vías del país transalpino y que mantiene al ministro de Transportes, Matteo Salvini, en la picota. Italia ha vivido en esta semana varias jornadas consecutivas de desorden en el tráfico ferroviario. El corazón del sistema, la estación de Roma Termini , sufrió una paralización de una hora por un fallo eléctrico en la… Ver Más