77 días después, Real Madrid y Barcelona vuelven a verse las caras. Cambia el lugar, Yeda por Madrid. Pero, sobre todo, cambia la situación de ambos equipos. Aquel 0-4 fue más engañoso de lo que el propio partido mostró, pero como es habitual en el fútbol, el resultado determinó la mayoría de los análisis. Dos meses y medio después, el Madrid ya ha ganado dos títulos, está cinco puntos por encima del Barça en la Liga y llega al clásico del desierto en un estado de forma muy diferente al del primer clásico. «Hay que pensar lo que pasó en el partido de Liga y hemos hecho una evaluación bastante clara. Hay que intentar repetir las cosas buenas de la primera mitad y no tanto lo de la segunda parte. Y claro que el aspecto del fuera de juego es importante y tenemos que contrarrestarlo, pero la realidad es que en un partido poco previsible. Estoy convencido de que lo vamos a hacer no bien, sino muy bien, pero eso no quiere decir que el resultado vaya a ser favorable a nosotros», explica Carletto. El italiano quiere ser positivo y está convencido en levantar el tercer título de la temporada, pero sabe que ante el Barça la dificultad es máxima. Por eso habla con naturalidad de una posible derrota: «Una derrota es una derrota, pero la temporada sigue. El equipo ha mejorado, eso es evidente, y una derrota no sería buena. Pero eso no significaría que el equipo vaya a volver hacia atrás. Sigue adelante». Ancelotti cree que los resultados tan abultados, tanto para uno como otro lado, en los últimos clásicos se debe a que ha prevalecido la calidad individual al equilibrio y al juego colectivo, Por eso incide en un buen trabajo defensivo para elevar las probabilidades de victoria, pero es evidente que el aspecto individual también es clave: «Bellingham está en una gran racha y en este periodo está marcando la diferencia». Enfrente estará un Barça, se supone, con Iñaki Peña. No fue titular en la semifinal por llegar cuatro minutos tarde a la sesión de activación. Ancelotti entiende la decisión de Flick: «El horario es importante. Los jugadores tienen que ser disciplinados, porque no te gusta que todo el grupo esté esperando por un retraso. Si sucede, quiero explicaciones del retraso. Saber la razón por la que ha llegado tarde. Si la razón es aceptable, no pasa nada. Pero si la razón no es aceptable, se toman medidas». Dónde no está tan encima Ancelotti es el tiempo que pasan los jugadores en los hoteles. Ahí suele tener la mano abierta: «No le pido mucho a los jugadores. Estamos bastante tiempo juntos durante el año y, por eso, le dejo bastante libertad. No le voy a atosigar con vídeos. Ellos se lo pasan bien juntos y hay un buen ambiente, pero no sé qué hacen en la habitación y tampoco lo quiero saber», dijo entre risas. Risas que no hubo cuando un periodista saudí le preguntó por Gil Manzano y los vídeos de Real Madrid TV sobre los árbitros. Fue el mismo periodista que en Doha ya le cuestionó sobre si había perdido el control del vestuario: «Gil Manzano es un buen y experimentado árbitro. Ha pitado muchos partidos importantes. Real Madrid TV tiene el mismo derecho que tú a expresar su opinión».