Publicado: enero 11, 2025, 3:15 am
Partía ya de una premisa siniestra y terrible: Katherine Thorn daba a luz a un hijo muerto, y su marido le escondía la horrible noticia sustituyendo a su bebé por otro, huérfano, del que se desconocía su origen y cuya madre había fallecido.
Este bebé, cuya historia se desarrollaría como eje principal de la cinta unos pocos años después, recibiría el nombre de Damien y era, como todo el mundo recuerda, el mismísimo Anticristo, el hijo del diablo.
Para este peculiar (y eterno, a la postre) papel, entre cientos de candidatos, Richard Donner escogió a un niño que, según se cuenta, le golpeó en los testículos durante el casting. Se llamaba Harvey Stephens, y tenía solo cinco años. Aunque según contarían también años después, fue su peculiar mirada, inocente y «malvada» a la vez, la que le dio el papel. Solo tuvieron que teñir su pelo rubio de un color oscuro para tener a su Damien perfecto.
Sin embargo, y por muy bien que Stephens casara para aquel papel, la interpretación no era, ni mucho menos, algo de su interés.
Después de un par de papeles más, justo después, el pequeño cumplió los diez años, fue a la escuela con normalidad y al crecer buscó un trabajo y se independizó, como cualquier hijo de vecino.
«Actuar estuvo bien, fue divertido mientras duró, pero no era algo en lo que pusiera todo mi corazón«, dijo en una entrevista en 2007, con motivo del estreno del remake.
Casado y padre de un hijo, a sus cincuenta y cuatro años el exactor intenta pasar desapercibido. Pero, a pesar de conseguir de una forma razonablemente eficaz permanecer en el anonimato, su nombre, vinculado a cualquier evento, siempre puede convertirse en noticia.
En 2017, por ejemplo, la BBC se hacía eco de un altercado de Stephens contra dos ciclistas, a los que agredió físicamente llegando a dejar inconsciente a uno de ellos, y por lo que fue condenado.
