En una dieta equilibrada y variada hay espacio para todos esos alimentos que tanto nos gustan, aunque no todos en la misma medida. Mientras que algunos se pueden y deben tomar en gran cantidad, como las frutas y verduras, otros conviene que sean un capricho ocasional, como el chocolate y otros dulces. En cuanto a las proteínas de origen animal, en España se tiende a priorizar el consumo de carne frente al de pescado.
Entre las carnes más habituales en los hogares españoles, destaca la de pollo como una de las más compradas, en parte debido a su precio. Cerca le siguen otros tipos, como la de cerdo y vacuno, consumiéndose bastante más que otras. Carnes que son ricas y sabrosas, siempre y cuando escojamos aquellas naturales, porque hay algunas variedades que conviene reducir o eliminar de nuestra dieta.
La OCU revela la carne que deberías eliminar de tu dieta
Las carnes que se compran en el supermercado son aptas para el consumo, por lo que no deberíamos tener ningún problema al consumirlas, eso no quiere decir que, entre la amplia variedad que encontramos, no existan algunas opciones más saludables que otras y, sobre todo, más naturales, de hecho, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan que se priorice el consumo de carnes frescas (o sin aditivos) frente a otras que convine eliminar de la dieta.
Estas son aquellas en las que se hace referencia o se destacan cualidades como su jugosidad o lo tierna que resulta, y suelen ser adobos, marinados, preparados al ajillo o con finas hierbas de cerdo o de ave. No es porque estas no sean seguras para el consumo, es porque “incorporan agua añadida que se retiene infiltrada mediante el uso de sal, azúcar, fibra vegetal y estabilizantes. Además, llevan otros aditivos”, según explican desde la web de la OCU. El agua y algunos aditivos añadidos “suman entre el 5% y el 40% del peso del producto”, por lo que se estaría pagando esa agua a precio de carne.
La OCU considera que “estos preparados de carne deberían comercializarse separados de la carne fresca (sin aditivos), ya que son productos muy diferentes”. Según la organización, debería señalarse que contiene ‘agua añadida’ independientemente de la cantidad que contengan. Así, recomienda desconfiar de las carnes que no sean 100% naturales, sin aditivos ni otros ingredientes en su etiquetado, porque en algunos casos podrían aumentar el riesgo de “desarrollar diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal”.
¿Cuáles son las carnes más saludables?
En general, se considera que las carnes magras son mejores para la salud, porque son ricas en proteínas de alta calidad y bajas en grasa. Esto hace que organizaciones y profesionales del sector, como la Sociedad Española de Nutrición comunitaria, recomienden que se consuma de tres a cuatro veces por semana. Se consideran carnes magras la de conejo, pollo y pavo, pero también se puede englobar dentro de este sector a algunos cortes concretos de la carne de vacuno (como el solomillo), cordero (sobre todo el lomo) o cerdo (lomo o solomillo).
Referencias
Su guía para los cortes de carne de res más magros. (s. f.). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/nutrition-and-healthy-eating/in-depth/cuts-of-beef/art-20043833