El supervisor suizo del mercado financiero fue ineficaz en su gestión del escándalo de Credit Suisse , entidad que el año pasado colapsó y tuvo que ser rescatada por su rival directo, UBS, tras la mala gestión de su equipo directivo. Esta es la principal conclusión de la investigación de dieciocho meses que ha llevado a cabo el parlamento de Suiza. A pesar de esto, la comisión de investigación asegura no haber encontrado pruebas de que la implosión de Credit Suisse fuera causada por la mala gestión de las autoridades, cargando toda la responsabilidad sobre los responsables del banco. «La junta directiva y los altos cargos de Credit Suisse en los últimos años son responsables por la pérdida de confianza en el banco», se lee en la nota publicada por la comisión.  Hay que recordar que, antes de la quiebra, Credit Suisse estaba entre los treinta bancos del mundo hasta entonces considerados ‘demasiado grandes’ y relevantes en la arquitectura financiera mundial para colapsar. Sin embargo, tras la caÃda de tres entidades regionales en los EE.UU el año pasado, las acciones de Credit Suisse cayeron un 30% el 15 de marzo. Entonces, temeroso de que se desatara una crisis bancaria mundial, el Gobierno suizo rescató a Credit Suisse. Según se lee en las conclusiones publicadas hoy, con esta decisión las autoridades «evitaron una crisis financiera mundial». A partir de ahÃ, la comisión apunta a la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero por no haber retirado a la entidad el permiso para operar en 2017. A pesar de esto, como ya se ha dicho, la comisión no ha detectado ningún tipo de mala conducta por parte de las autoridades supervisoras. Esta comisión de investigación fue creada en 2023, precisamente, para investigar el papel de las autoridades suizas en la quiebra del banco. Estuvo compuesta por 14 diputados, con representación de todos los partidos mayoritarios en la cámara. Su constitución fue una rareza, pues hay que recordar que suiza solo ha tenido cinco comisiones parlamentarias de investigación desde 1995. En este caso, la comisión repasó la concatenación de sucesos desde 2015 en adelante, tratando de identificar los factores que llevaron a la quiebra del banco, y examinó más de 30.000 documentos. Entre otras cosas, en sus conclusiones la comisión critica las reglas que se aplican a entidades consideradas «demasiado grandes como para caer» y estima que el Gobierno y el parlamento depositan «demasiada importancia» en las peticiones de los grandes bancos.