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Industria fílmica de publicidad se dice lista para formalizar

Publicado: diciembre 17, 2024, 5:00 am

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En la Ciudad de México, el 60% de lo que se produce en materia cinematográfica está relacionado con la publicidad. Y este porcentaje se replica en cifras similares en toda la república. 

Esto, a decir de Luis García, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Filmadoras (AMFI), que tiene afiliadas a unas 35 empresas publicitarias, las cuales ejecutan el 40% de los proyectos de este tipo en la capital mexicana.

Luego entonces, la publicidad es uno de los brazos fuertes de la industria fílmica en el país y por lo tanto se deben atacar sus rezagos, reforzar sus ventajas, hacer de ésta un lugar seguro, atractivo y creativo para trabajar.

“Estamos muy de la mano con Canacine trabajando la agenda laboral. Ése es uno de los motivos por los que inicialmente me acerqué a la cámara. A final de cuentas somos la misma industria. Es un universo compartido, porque compartimos al crew, la infraestructura, el equipo, las locaciones. Solamente el destino de la obra, es decir, la manera de exhibirla, es lo que cambia”.

Este diario ha dado seguimiento a los distintos procesos de la industria audiovisual en el país, desde el cambio de paradigma en la postura del Estado sobre políticas públicas y prioridades narrativas, la observación de buenas prácticas que han hecho de algunas entidades puntos atractivos para la industria nacional e internacional y la llegada de grandes inversores interesados en la fecunda industria de nuestro país, hasta la lucha por el reconocimiento integral de los derechos laborales de los distintos gremios involucrados en el audiovisual. Y el nicho de la publicidad no es la excepción.

“Un gran reto como industria”

Dada la velocidad del lado comercial de la industria fílmica, frente al rubro meramente cinematográfico, en el cual se filma por periodos de tiempo mucho más prolongados, la publicidad, comenta el entrevistado, “es un brazo activo de la industria para poder pilotear muchas de las cosas que queremos hacer como industria”.

Los derechos laborales y su complejidad dentro de la industria audiovisual es uno de esos rubros donde, asegura, el ramo publicitario quiere coadyuvar.

“El asunto laboral es sumamente complejo, por muchas razones, desde el tipo de jornada, la frecuencia de la gente que trabaja, si son o no independientes. Y es ahí justamente donde tenemos un gran reto como industria, porque la gente quiere sus derechos laborales, pero le gusta mucho su independencia sin que esto implique una pérdida de sus derechos laborales. Y ahí yace la complejidad del caso y donde hay mucho por hacer”, reconoce.

“Queremos mandar una señal de interés”

Más temprano este año, El Economista publicó una entrevista con representantes de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) sobre la compleja situación de las y los actores del ramo publicitario, la romantización del trabajo y los procesos que hicieron de ésta un caldo de cultivo para la falta de contratos, el abuso de las jornadas de trabajo y la ausencia de prestaciones.

Uno de los caminos a la solución propuestos por la ANDA es la exigencia a las comisiones de filmación del país para que solamente se otorguen permisos a aquellas productoras que asimilen el pleno reconocimiento de los derechos de las personas con las que trabajan. Se comentó que es necesario acercarse a las productoras y sus contratantes, firmar convenios y buscar la implementación de un contrato colectivo del trabajo.

Sobre este impasse, Luis García comenta: “hay muchas formas de ver lo que la industria ha vivido en lo general. “Estamos intentando, antes que nada, vernos como un agente económico. La industria mueve muchos recursos. Tenemos un efecto multiplicador muy importante para el país, generamos mucho empleo y, además de mover economía, tenemos visibilidad (…) hay que operarlo con visión empresarial, con métricas, para tener eficacia. Precisamente porque queremos mandar una señal de interés y participación activa de nuestro lado y con el afán de llegar a acuerdos, en marzo de este año desarrollamos una certificación”.

Esta certificación contempla parámetros legales básicos para poder operar, comenta García, como que la empresa que encabeza el proyecto de filmación “debe estar totalmente constituida, con todos los seguros fílmicos posibles, que protejan a la gente, pero también que protejan una intermitencia en el rodaje entre otros detalles; que las empresas estén fiscalmente en orden. Esta protección debe ser financiera, legal y contractual. Hemos trabajado para decirle a toda la cadena de valor y a las autoridades: nosotros estamos avanzando y revisándonos. Estamos ayudando a las empresas con la certificación, a encaminarse al cumplimiento de los derechos con los que hay una responsabilidad. Esto nos ha permitido abrir muchas conversaciones con nuestros interlocutores”.

Y continúa: “también estamos ayudando a las empresas a prepararse para que puedan implementar a la brevedad la formalización laboral cuando sea el momento. Estamos preparando el camino”.

Y se ha avanzado ya en ello, asegura. Actualmente, 30% de los proyectos que se filmaron en Ciudad de México ya tiene esta certificación. Pero otro de los retos que tiene la AMFI, comenta, es afiliar a más empresas para lograr homologar las buenas prácticas.

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