El cambio es constante, pero en algunos periodos se produce de forma más dramática que en otros. Creemos que el mundo está experimentando actualmente una transición a un ritmo y una escala pocas veces vistos. Los avances tecnológicos están impulsando innovaciones extraordinarias en inteligencia artificial (IA) y atención sanitaria. Las continuas tensiones geopolíticas y la probabilidad de que aumenten los aranceles en todo el mundo tras las elecciones en Estados Unidos conducirán probablemente a la reconfiguración de las cadenas de suministro, la interrupción del suministro de mano de obra y un fuerte enfoque en la transición energética segura. Al mismo tiempo, la economía mundial se está adaptando a un mundo de mayor inflación tendencial, tipos más altos y mayor volatilidad. La transición a este grado puede parecer desalentadora. Sin embargo, creemos que traerá consigo un conjunto de oportunidades de una amplitud y riqueza no experimentadas desde las secuelas de la crisis financiera mundial (CFG). La naturaleza de este conjunto de oportunidades evolucionará inevitablemente a medida que cambien los mercados, pero, en nuestra opinión, la tendencia general será que el crecimiento de los beneficios se amplíe más allá de un puñado de valores tecnológicos dominantes, tanto en los sectores como en las regiones. Mientras navegamos por este nuevo equilibrio, nuestros temas de construcción de carteras abogan por una mayor diversificación entre las distintas clases de activos. Los rendimientos de los bonos han estado en una montaña rusa, ya que los mercados se han mostrado excesivamente entusiastas a la hora de valorar los recortes de los tipos bancarios. Los bonos de alto rendimiento, los préstamos bancarios y los bonos de mercados emergentes presentan oportunidades de ingresos. Es probable que hayamos superado los primeros compases del desarrollo de la infraestructura de IA. Sin embargo, la ola de la IA no ha terminado: a medida que las empresas la empleen, asistiremos a una aceleración de la velocidad, la productividad y la innovación. Al mismo tiempo, creemos que se dan las condiciones para una edad de oro en el sector sanitario, en medio de una oleada de innovaciones radicales. También creemos que es prudente que los inversores consideren la posibilidad de diversificarse en áreas que cuenten con apoyo de valoración y fundamentos sólidos, como las acciones de valor y de pequeña capitalización. Además, existen oportunidades selectas en sectores infravalorados como el energético, el financiero y el industrial. Países como Japón y Corea del Sur también podrían beneficiarse de los cambios estructurales. El año 2025 se perfila como un año de transición marcado por una clara ampliación de las oportunidades de inversión . En este mundo en evolución, la curiosidad es vital. Formular preguntas inteligentes sobre las nuevas oportunidades -dentro de las clases de activos o de los grandes temas, como la innovación sanitaria, la transición energética o la inteligencia artificial- es la mejor manera de obtener información que permita tomar decisiones de inversión inteligentes