Mafalda Cancela de Abreu es una mujer portuguesa que hace tan solo un año estuvo a punto de perder la vida después de contraer una gripe aparentemente inofensiva, pero que la llevó a estar nueve dÃas en coma inducido, tres meses hospitalizada e incluso sufrió varias amputaciones en sus extremidades.
Según ha explicado en una entrevista en el programa Dois à s 10 del canal portugués TVI, «comencé teniendo una gripe, como la de todo el mundo, con sÃntomas normales. Recuerdo que mi meta era estar bien para Navidad».
Sin embargo, conforme fueron pasando los dÃas, «iba empeorando y empeorando«, ha asegurado. «Ya no me levantaba de la cama, ya no comÃa, ya no hacÃa nada… No solo tenÃa neumonÃa», ha contado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que lo que le estaba pasando era mucho más grave que una simple gripe, por lo que fue hospitalizada.
El diagnóstico era crÃtico: «TenÃa un shock to shock tóxico (…). La parte del riñón, todos los órganos, hÃgado, pulmones, corazón…», ha descrito. Este fue el motivo por el que los médicos decidieron ponerla en coma inducido, y asà estuvo durante nueve dÃas.
Sobre esa experiencia del coma, explica que no tuvo «la percepción de que podÃa morir, porque no tenÃa ni la menor idea de lo que me habÃa pasado. No tenÃa idea ni de dónde estaba. Lo que ocurre durante el coma, hay personas que no se acuerdan de nada, pero yo me acuerdo de estar como dentro de una pesadilla y no consiguiese salir. Hay muchos delirios que mezclamos con la realidad, con cosas que realmente oÃmos. Es muy angustioso», ha revelado.
Por suerte, Mafalda pudo salir del coma, aunque con secuelas. Las altas dosis de algunos medicamentos que le administraron provocaron que los médicos tuvieran que amputarle una pierna, asà como algunos dedos de la mano y del otro pie.
A dÃa de hoy, la mujer espera una prótesis con la que poder caminar de nuevo, ya que reconoce que, en todo lo demás, es completamente autónoma. «Tengo que recuperarme del todo, tengo aún un largo camino, me falta andar», ha confesado.
Después de haber pasado por esta experiencia próxima a la muerte, Mafalda ve la vida con otra perspectiva y reconoce que es más feliz ahora.
«Es difÃcil de explicárselo a una persona que nunca pasó por algo asÃ, pero es por ese sentimiento de gratitud. Conocà a tantas personas este año, espectacular, sentà que estaban todas a mi lado… Es imposible no sentirse feliz con eso. Me siento feliz y siento que tengo más capacidad para lograr hacer todo», asegura. «Suelo decir que lo que me pasó no fue casualidad», concluye.