Al menos tres personas han sido detenidas este martes, coincidiendo con una jornada electoral en Estados Unidos que se ha visto marcada además por fallos de software en las máquinas lectoras de votos en Pensilvania, falsas amenazas de bomba de origen ruso en Georgia y actos esporádicos de violencia.
Sobre los detenidos, la Policía del Capitolio detuvo a un hombre que «olía a combustible» y que portaba una pistola de bengalas en el centro de visitantes, según detalló en un breve comunicado en el que agregó que el sospechoso había sido detenido durante un control de seguridad al entrar al edificio, sin dar más información al respecto.
En Georgia, mientras tanto, un trabajador electoral fue detenido tras enviar supuestamente una carta a la oficina de la ciudad de Gray en la que amenazaba con poner una bomba en el centro de votación del disputado estado, que ha registrado una gran participación desde que se inició el plazo para votar de forma anticipada.
Pero pocas horas después, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, anunció que las amenazas eran falsas y obra de un «actor estatal extranjero», en concreto Rusia. Raffensperger añadió en una rueda de prensa que la intención de las amenazas era «desestabilizar» Estados Unidos.
El FBI señaló en un comunicado que había recibido información de las amenazas de bomba y que su prioridad era garantizar «la integridad de la elección» así como la protección de los electores.
«El FBI está trabajando de forma estrecha con fuerzas de seguridad estatales y locales para responder a amenazas electorales y proteger nuestras comunidades mientras los estadounidenses ejercen su derecho al voto», explicó el FBI.
A pesar de las amenazas, al mediodía, más de medio millón de personas habían votado en persona en Georgia.
En otro estado clave, Pensilvania, problemas de software en las máquinas de lectura de las papeletas obligaron a un juez a ampliar dos horas la votación en el condado de Cambria hasta las 22.00 hora local (1.00 GMT del miércoles).
El Departamento de Estado de Pensilvania reconoció en un comunicado los problemas en el condado de Cambria y añadió que «todos las papeletas completadas será aceptadas, puestas en lugar seguro y contadas por el Consejo de Elecciones».
También en Pensilvania, las autoridades informaron que están investigando centenares de casos de supuestos fraudes a la hora de registrar electores en seis condados.
Pensilvania, que envía 19 compromisarios del Colegio Electoral, es considerado el estado clave en estas elecciones para determinar quién, entre Kamala Harris y Donald Trump, se hará con la presidencia de Estados Unidos.
Mientras en el estado de Nueva York, un hombre fue arrestado en la localidad de Fowler, cuando amenazó al personal de un colegio electoral con quemar el edificio tras ser informado que no podía votar porque no estaba registrado.
El FBI también advirtió este martes que al menos dos vídeos que estaban circulando en las redes sociales con su nombre y la insignia de la organización para diseminar información falsa sobre la elección presidencial.
Investigadores independientes han señalado que los vídeos fueron creados probablemente por un grupo ruso.