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Rodrigo Sánchez, de 37 años, es una de esas personas que en donde la pongan tendrá éxito. Su magia es innegable y su talento indiscutible. Goza de la música del rapero Gera MX y de muchos géneros más (las etiquetas las guarda en un escritorio).
En algún momento pensó en ser piloto aviador y culminó sus estudios de técnico en soldadura industrial. Luego se graduó en una escuela de Gastronomía recién abierta en el municipio de Nezahualcóyotl y ahora es el chef del restaurante Sendero, en el renovado hotel JW Marriott Polanco.
Hace unas horas organizó una cena con motivo de la gran festividad de Día de muertos junto con su colega Fernando Martínez, como invitado de honor. Se cuenta que la experiencia fue memorable.
Debido a otros cargos que tiene en el hotel, está en posibilidad de platicar con frecuencia con los huéspedes de múltiples nacionalidades y a ellos busca compartir (a su manera) lo que significa México, su cultura, su historia, su gastronomía, sus destinos turísticos.
Y a ellos también les preguntó por los alimentos que les recuerdan a su país, su infancia, un momento memorable.
Paciente, tomó nota e indagó con otros chefs lo necesario para crear una experiencia inigualable a ofrecer en el hotel. La llamó: Mapa culinario, un viaje por los sabores de Latinoamérica.
La carta incluye ricos platillos urbanos de México, Colombia, Venezuela, Perú y Brasil, con sus respectivos vinos de compañía.
En la información que comparte Velma Mayén, experta en el mundo del turismo, se puede leer: este nuevo menú de degustación en Sendero está inspirado en la hospitalidad latina y en la cocina de casa elaborada con el corazón más cálido, características que nos hermanan y hacen de esta región algo inigualable.
En el restaurante Rodrigo Sánchez suele platicar de mesa en mesa con los turistas (nacionales e internacionales) y es un promotor nato de los tantos atractivos que tiene México.
Con sus historias y sus sabores los deja encantados, con la dosis perfecta de positiva curiosidad para que regresen y conozcan más.
“México es un país que merece que lo visiten muchas personas, tiene tantas joyas por descubrir que falta tiempo para conocerlas. Yo hago mi aportación al cocinar con el corazón y explicar lo que hago. Me gusta cocinar cada día con lo que me da la tierra: camotes, elotes. Si no estoy cocinando y tengo las manos calientes no estoy a gusto. Me gusta sentir”, cuenta el chef.
Si usted tiene oportunidad de vivir la experiencia comentada, en la presentación del primer tiempo del menú podrá escuchar que los elotes baby con salsa macha ofrecidos están inspirados en la cocina de Tlaxcala, estado que recorrió en su niñez. Y no tenga duda: disfrute de su ruta de sabores.
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Por cierto: ¿Se ha percatado del inusitado impulso que están dando en diversos espacios públicos al subsecretario de Turismo federal, Sebastián Ramírez, destacado militante del humanismo mexicano? Quizá, el tiempo es propio para la prudencia y dejar que el trabajo hable.
alejandro.delarosa@eleconomista.mx
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