La visita de Viktor Orbán a Viena ya era suficientemente polémica por sí misma: una vez más, el presidente por turno del Consejo de la UE se salta a la torera los protocolos comunitarios y acude a reunirse con el líder de la extrema derecha austriaca del FPÖ, Herbert Kickl , que a pesar del éxito electoral no ha conseguido por ahora formar gobierno. Pero el primer ministro húngaro ha decidido además implicar a un tercer país y ha cargado públicamente desde Viena contra el gobierno de Suecia . «El primer ministro sueco me acusa de representar los intereses de Rusia en Georgia, obviamente porque le han dado instrucciones desde Washington», ha dicho. «¡Qué pena!». Se refería a las últimas… Ver Más