Publicado: octubre 31, 2024, 3:15 pm
El pasado 24 de octubre, la actriz Elisa Mouliaá denunció ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía a Íñigo Errejón por acoso sexual. Como así se hizo eco El País, la presentadora sufrió «tres supuestos delitos de agresión sexual» en septiembre de 2021. Tras darse a conocer la noticia, Errejón abandonó la política.
Sin embargo, los casos de acoso no finalizaron con Mouliaá y el 29 de octubre, Aída Nizar también presentó una nueva denuncia. Aunque no solo ellas, sino que, a través de redes sociales, la periodista Cristina Fallarás también recogió varios testimonios anónimos.
Ahora ha sido Ayme Román, la directora del pódcast No obstante, quien ha compartido a través de YouTube que Errejón no es el único político que habría acosado a mujeres. En un vídeo, cuyos beneficios donará a la asociación RAINN que ayuda a víctimas de violencia y acoso sexual, la filósofa ha asegurado que «otro dirigente de izquierdas» la habría acosado a ella. Sin querer dar el nombre, la activista ha explicado su vivencia y ha afeado el papel de los «aliados feministas» que intentan demostrar «lo mucho que saben» exhibiendo su «conocimiento teórico», pero luego no actúan como tal.
«Me estuvo llamando a las tres de la madrugada, insistiendo en quedar conmigo, y posteriormente abrazándome, cogiéndome, sobándome y toqueteándome, diciéndome que había surgido magia entre nosotros», ha asegurado. De hecho, fue una persona ajena quien finalmente la ayudó a alejarse de él.
Al igual que en el caso de Errejón, Ayme ha destacado que los círculos del agresor anónimo conocían las prácticas, pero nadie le avisó ni le advirtió de los posibles problemas. Y es que, como ha explicado, en los ambientes «elitistas» se protege a los agresores y se ocultan sus delitos con demandas que «jamás podrás asumir».
«No puedes pagar unos abogados buenos y solo podrías salir ilesa si obligas a las víctimas cuando no han querido o no están preparadas. No es el gran gesto heroico que la gente se cree que es«, ha destacado para aclarar por qué muchas mujeres no se atreven a denunciar. Pero, aunque no tomen medidas legales, sí que puede existir una red de apoyo contra los agresores.
Así pues, ha opinado que, aunque los políticos aseguran ser «aliados», lo cierto es que no siempre significa que no puedan ser machistas. Como ha sostenido, independientemente de si los hombres conocen o no «la teoría», lo importante para ella es «lo que las mujeres de su alrededor opinen de él». Aunque, en este caso, se es «más laxo» por lo que representa.
Finalmente ha querido hacer una reflexión sobre qué es o no el acoso sexual. «La violencia es un espectro. No es fácil saber decir dónde empieza una cosa y acaba otra, pero es importante que no mezclemos», ha asegurado. Como ha querido matizar, acabar mal en una relación no necesariamente implica que hubiera violencia: «Es importante que no usemos solo el dolor como un indicador de cuánta violencia han ejercido».
