La Comisión Electoral Central de Georgia anunció este martes que hará un muestreo repitiendo parcialmente el recuento de votos en un intento de disipar las dudas sobre la limpieza del escrutinio . Esta comprobación empezó ya este martes en cinco colegios de cada distrito electoral, que fueron designados por sorteo. Las autoridades electorales señalan que la repetición del escrutinio afectará a un 14 por ciento de todos los colegios y creen que tal medida aleatoria permitirá descubrir si realmente hubo fraude. La presidenta del país, Salomé Zurabishvili, y los cuatro partidos de la oposición que obtuvieron escaño al obtener el 5% de los votos como mínimo denunciaron irregularidades desde el primer momento y este lunes insistieron en ello durante una gran concentración con miles de personas celebrada por la tarde en la avenida Rustaveli, frente al edificio del Parlamento. Exigieron la repetición de los comicios, pero en condiciones de estrecha supervisión por parte de observadores internacionales. Así que parece obvio que la repetición parcial del recuento busca aplacar los ánimos opositores y desmovilizar a las masas. En esta tarea la ayuda a las autoridades georgianas del primer ministro húngaro, Víktor Orbán, está siendo incalculable. Orbán, que llegó a Tiflis, la capital del país, el lunes, se reunió este martes con su homólogo georgiano, Irakli Kobajidze, proclamando que las elecciones del pasado sábado fueron «libres y democráticas» , marcando así la diferencia con la UE en su conjunto, desde donde se han criticado la presuntas «manipulaciones» en los comicios que han llevado a la victoria «fraudulenta» del partido oficialista Ensueño Georgiano. Esta formación supuestamente ganó el escrutinio con el 53,9% de los sufragios mientras los otros cuatro partidos que lograron escaño quedaron juntos en menos del 38%. Orbán le ha aconsejado a Kobajidze «no tomarse en serio» las denuncias europeas ni los «debates» surgidos al respecto. El jefe del Gobierno húngaro dijo en redes sociales que su presencia en Tiflis pretende «dar apoyo a los esfuerzos de integración europea de Georgia y reforzar las relaciones». A su juicio, «la población georgiana ha votado a favor de la paz y la prosperidad» y felicitó a su homólogo georgiano por «haber impedido que Georgia se convierta en una segunda Ucrania». Pese a todo, el primer ministro georgiano dijo el lunes que la «prioridad» de su Gobierno sigue siendo la integración europea mientras subrayaba que «por el momento no tenemos intención de reanudar las relaciones diplomáticas con Rusia», que quedaron rotas tras la guerra relámpago lanzada por Rusia contra este país caucásico en agosto de 2008, además de convertir en protectorados rusos dos de sus provincias y saturarlas de tropas, Abjasia y Osetia del Sur.