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Concluida la etapa de las comparecencias públicas de los candidatos a ocupar la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) o, en su caso, reelección de María del Rosario Piedra Ibarra, para el periodo 2024-2029, las comisiones unidas de Derechos Humanos y de Justicia de la Cámara de Senadores propondrá al pleno cameral la terna de la cual se elegirá a quien ocupe el cargo.
La elección por el voto equivalente a dos tercios de los senadores presentes —la Cámara Alta se integra por 128 senadores— se llevará a cabo mediante votación por cédula, en urna transparente.
De acuerdo con la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el pleno senatorial deberá elegir al presidente de la CNDH o hacer, si es el caso, la ratificación del titular, “a más tardar 10 días hábiles antes de que concluya el periodo del presidente saliente”.
Es decir, el próximo 4 de noviembre vence el plazo legal que tiene el Senado para realizar la votación referida tomando en consideración que el periodo constitucional de Piedra Ibarra de cinco años en el cargo (2019-2024), concluye el día 15.
Con base en la convocatoria para la elección en puerta o, en su caso, reelección correspondiente, a más tardar el próximo 8 de noviembre “se publicarán los resultados del procedimiento de consulta pública” entre las organizaciones sociales representativas de los distintos sectores de la sociedad, así como entre los organismos públicos y privados promotores o defensores de los derechos humanos, en la Gaceta Parlamentaria y micrositio de las citadas comisiones ordinaria de trabajo.
Fuentes de primer orden del Senado, aseguraron que “no hay línea” para ratificar en el cargo por cinco años más a Piedra Ibarra, ni a favor de determinado candidato.
Durante tres días, del jueves al sábado pasado, se realizaron las comparecencias de los candidatos (48 en total) que cumplieron con los términos de la convocatoria emitida.
Piden confianza
En su comparecencia, la última y la que mayor interés causó a los senadores, Piedra Ibarra solicitó su confianza para continuar al frente de la CNDH y poder consolidar la transformación iniciada, y ofreció construir un nuevo modelo de defensa de los derechos humanos para dejar atrás la herencia neoliberal y poner en el centro a las víctimas.
“Que la CNDH deje de ser la institución meramente testimonial que crearon Carlos Salinas, Jorge Carpizo y Fernando Gutiérrez Barrios, la institución de dispendio y espectáculo que reducía sus funciones a organizar eventos para la fotografía y viajes al extranjero y que hacía publicaciones millonarias pagadas a académicos y organizaciones que presumían sus elevados conocimientos en derechos humanos, pero que nada sabían ni les interesaba saber de las necesidades del pueblo”.
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