Publicado: diciembre 5, 2025, 3:00 am
España es el primer exportador de carne de cerdo de la Unión Europea (UE), así como el tercero a nivel mundial tras Estados Unidos y China, con unas ventas al exterior de 7.040,15 millones de euros en 2024 -fueron 2,5 millones de toneladas de porcino nacional- y un saldo comercial positivo superior a los 8.100 millones. Entre los principales destinos se situaron China (1.097 millones de euros y 539.064 toneladas), Francia (1.072 millones y 289.865 toneladas) e Italia (796 millones y 274.591 toneladas).
Cataluña es la primera región productora y precisamente allí, en Collserola (Barcelona) se detectó el brote de peste porcina africana (PPA) en dos jabalíes silvestres. La reaparición de este «viejo» conocido se produce después de que los ganaderos hayan tenido que realizar en los últimos años fuertes inversiones en medidas de bioseguridad. COAG estima una horquilla de entre 135.000 y 240.000 euros de inversión por explotación, a lo que hay que añadir más de 75.000 euros anuales en gastos de mantenimiento y operativa.
Un granja estándar ha invertido entre 80.000 y 150.000 euros sólo en instalar una doble valla ‘anti-jabalí’, según COAG
Esta organización agraria ha estimado, a partir de un estudio sobre las inversiones reales de sus socios ganaderos, que en una granja porcina estándar en España con entre 1.000 y 2.000 cerdas se han invertido entre 80.000 y 150.000 euros en vallado perimetral de bioseguridad con doble valla anti-jabalí en los últimos años. A esto se suman entre 25.000 y 40.000 euros en la construcción de vados sanitarios y adquisición de arcos de desinfección, así como entre 30.000 y 50.000 euros en la construcción de vestuarios y duchas obligatorias para el personal de la explotación. A todo lo anterior, apuntan desde COAG, se debe incluir los costes operativos en bioseguridad como el mantenimiento, los productos de limpieza, las auditorías y la formación de la plantilla, que suman más de 75.000 euros anuales.
«Garantizar un grado de bioseguridad muy elevado»
El responsable del sector porcino de COAG, Jaime Bernis explica que son «datos reales, no estimaciones» y advierte que «cada ganadero que aguanta en el sector lo hace porque invirtió lo que cuesta un piso en Barcelona para tener una explotación a prueba de amenazas externas». Bernis critica que hayan invertido en su explotación ganadera «para garantizar un grado de bioseguridad muy elevado», mientras la administración ha renunciado al equilibrio de la fauna salvaje y abierto las puertas al campo: «ahora jabalíes y antes conejos, el lobo, el oso….», señala.
«Hemos invertido en nuestra explotación ganadera para garantizar un grado de bioseguridad muy elevado, mientras que la administración ha renunciado al equilibrio de la fauna salvaje y abierto las puertas al campo: ahora jabalíes y antes conejos, el lobo, el oso….», Jaime Bernis (COAG)
El representante de esta organización agraria apuesta por rebajar la presión ganadera en la zona cero del brote. «Tenemos una granja en el primer radio, a 6 kilómetros del brote, y otras 36 en el segundo radio, y proponemos que los cerdos poco a poco puedan ir a sacrificio normal para bajar la densidad de la zona», reclama Bernis. Este ganadero también recuerda que los responsables de las explotaciones van a tener la granja vacía durante un año, por lo que en su opinión habría que compensarles para que reciban lo mismo que hubiera percibido con la granja llena. Un apoyo que justifica en la necesidad de sacar esta parte de la producción porcina que tiene como vecino a un foco de jabalíes positivos en PPA.
El porcino español pendiende un hilo
El responsable de ganadería de COAG considera de la «máxima prioridad» la elaboración de un plan estatal cinegético para el control de la fauna salvaje. «No podemos continuar pendientes de un hilo, de que un jabalí, que recorre entre 15 y 20 kilómetros de noche no pase, se escape», afirma Bernis quien considera que tanto la UME como los agentes forestales y los mossos d`esquadra están realizando «un gran trabajo» para evitar una crisis a un sector que supone – recuerda- «el 40% de la producción final ganadera y el 20% de la agraria».
«En caso de pérdidas estamos negociando moratorias de 2 años de intereses más capital con 3 entidades financieras», Pere Roque (ASAJA Cataluña)
Desde Asaja, su presidente en Cataluña Pere Roque, explica que modernizar los sistemas de bioseguridad ha supuesto para los ganaderos inversiones de entre 200.000 y 300.000 euros. Apunta, además, que «el sector ha vivido un momento dulce» y que, ahora, con la reaparición de la peste porcina africana (PPA) ya trabajan en tres posibles escenarios: una financiación pública de 50 millones de euros a través del Institut Català de Finances (ICF), ayudas directas como la aprobada recientemente de 10 millones desde la consellería de Economía catalana y una financiación privada. «En caso de pérdidas estamos negociando moratorias de 2 años de intereses más capital con 3 entidades financieras», apunta Roque quien también coincide con COAG en la necesidad de reducir drásticamente la población de jabalíes.
