Publicado: marzo 11, 2025, 1:06 pm
Las personas que donan sangre de forma habitual tienen un beneficio hasta ahora desconocido. Según un equipo del Instituto Francis Crick (Reino Unido), estas personas parecen experimentar cambios genéticos en sus células madre sanguíneas que favorecen la producción de células nuevas no cancerosas. Entender las diferencias en las mutaciones que se acumulan en las células madre sanguíneas a medida que envejecemos es importante para entender cómo y por qué se desarrollan los cánceres de sangre y, con suerte, para conocer cómo intervenir antes de la aparición de los síntomas clínicos. A medida que envejecemos, las células madre de la médula ósea acumulan mutaciones de forma natural y, con ello, surgen clones, que son grupos de células sanguíneas que tienen una composición genética ligeramente diferente. A veces, determinados clones pueden provocar cánceres de la sangre como la leucemia. Cuando las personas donan sangre, las células madre de la médula ósea producen nuevas células sanguíneas para reemplazar la sangre perdida y este estrés impulsa la selección de ciertos clones. En la investigación publicada en la revista ‘ Blood ‘, el equipo del Crick, en colaboración con científicos del DFKZ en Heidelberg y el Centro de Donación de Sangre de la Cruz Roja Alemana, analizó muestras de sangre de más de 200 donantes frecuentes (personas que habían donado sangre tres veces al año durante 40 años, más de 120 veces en total) y donantes de control esporádicos que habían donado sangre menos de cinco veces en total. Las muestras de ambos grupos mostraron un nivel similar de diversidad clonal, pero la composición de las poblaciones de células sanguíneas fue diferente. Por ejemplo, ambos grupos de muestra contenían clones con cambios en un gen llamado DNMT3A, que se sabe que está mutado en las personas que desarrollan leucemia. Curiosamente, los cambios en este gen observados en los donantes frecuentes no se producían en las zonas que se sabe que son preleucémicas. Para comprender el alcance de estos hallazgos, los investigadores editaron DNMT3A en células madre humanas en el laboratorio . Indujeron los cambios genéticos asociados con la leucemia y también los cambios no preleucémicos observados en el grupo de donantes frecuentes. Los investigadores cultivaron las células en dos entornos: uno con eritropoyetina (EPO) y otro con sustancias inflamatorias para simular una infección. Las células con mutaciones comunes en donantes frecuentes crecieron bien con EPO, pero no en el entorno inflamatorio, lo que sugiere que estas mutaciones responden principalmente a la pérdida de sangre por donación. En contraste, las células con mutaciones preleucémicas mostraron un crecimiento anormal de glóbulos blancos en ambos entornos. Posteriormente, trasplantaron las células a ratones, donde las células con mutaciones frecuentes no se volvieron cancerosas bajo estrés, mientras que las preleucémicas provocaron un aumento de glóbulos blancos en ambas condiciones. Los investigadores creen que la donación regular de sangre es un tipo de actividad que selecciona mutaciones que permiten que las células respondan bien a la pérdida de sangre, pero no selecciona las mutaciones preleucémicas asociadas con el cáncer de sangre. «Nuestro trabajo es un ejemplo fascinante de cómo nuestros genes interactúan con el medio ambiente y a medida que envejecemos. Las actividades que ejercen un bajo nivel de estrés sobre la producción de células sanguíneas permiten que nuestras células madre sanguíneas se renueven y creemos que esto favorece las mutaciones que promueven aún más el crecimiento de las células madre en lugar de la enfermedad», asegura Dominique Bonnet , líder del grupo de trabajo del Laboratorio de células madre hematopoyéticas del Crick y autor principal del estudio. A pesar de que el tamaño de la muestra es bastante modesto y no es posible decir que la donación de sangre reduzca definitivamente la incidencia de mutaciones preleucémicas, es posible que las personas que donan sangre tengan más probabilidades de estar sanas si son aptas, y esto también se refleja en sus clones de células sanguíneas, Bonnet cree que la información obtenida sobre diferentes poblaciones de mutaciones y sus efectos «es fascinante».